28 marzo, 2024

Fiebre de verano con más decretos

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Compacto Político). En la estrategia básica del Gobierno hay una pregunta aún por responder: ¿qué nos conviene más, un peronismo fuerte o un peronismo dividido? Para gobernar, lo primero, para ganar el 2019, lo segundo. Todo no se puede tener. Por eso hay más clima de pelea que consenso. Quintana festeja que en diciembre se cumplió el primer capítulo del "grito del CCK" –el discurso de Macri sobre el consenso y el reformismo permanente–.
Quedan dos capítulos, el productivo y el institucional. Cuando se ajusten las cuentas sobre la suerte del DNU de desregulaciones de la semana que pasó, viene otro decreto, simple, con los recortes de cargos en la grilla del Estado. No habrá cierre de ministerios, pero hacia abajo hay masacre total. También habrá bardo con el DNU de convergencia de medios, que se discutió durante más de un año y que es mejor no llevarlo al Congreso.
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Para ese clima es inspirador el cuento que trae el polémico libro “Fire and Fury: Inside the Trump White House”, del indiscreto Michael Wolff, que recoge lindezas de la intimidad de la Casa Blanca. Steve Bannon, asesor presidencial, entró el mismo día de la asunción a la Casa Blanca, y comenzó a mover muebles del que sería su despacho. A los gritos mandó que sacasen todos los muebles, especialmente sillas y sillones. La consigna era: "Acá no tiene que haber nada para sentarse. Nadie se sienta. Esto es una guerra". No es para tanto, dice Quintana. Además, Bannon duró en el cargo menos de lo que dura un pelado en la nieve, como dicen en Mendoza.

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