Desbaratan una red ilegal de juego clandestino que operaba en villas porteñas

Luego de un año de investigación, la Justicia porteña logró desbaratar una red ilegal de juego clandestino que operaba en distintas villas de la Ciudad, donde se levantaban apuestas ilegales de Quiniela y otros juegos. Los datos se enviaban por fax y e-mail a una “mesa central”, que funcionaba en la Provincia de Buenos Aires. El lugar fue allanado ayer por la Policía bonaerense tras una orden dada por la Justicia bonaerense, que autorizó un pedido del Ministerio Público porteño.
Según pudo saber Clarín.com de fuentes de la Unidad Fiscal Sudeste, la investigación se centró en las llamadas entrantes y salientes de los locales, ubicados en las villas 19, 1-11-14, 20 y Ciudad Oculta. Aunque también se investigaron locales en la zona de Lugano, Mataderos, Liniers y Floresta que funcionan como falsos locutorios, cybers o tintorerías.
Allí se recogían apuestas de Quiniela clandestina y de un juego denominado Borratina, que se juega con el sorteo del Quini 6 o el Loto 5.
Se investigaron 56 locales y se detectó que mandaban los datos a una “mesa central” minutos antes de la hora del cierre de cada jugada (matutina, vespertina y noche) para poder ingresarlos al circuito oficial. Luego de interceptar cientos de comunicaciones, con la autorización del Juzgado Penal Contravencional 19, se detectó que la llamadas se hacían para enviar los denominados “pases de juego”.
Finalmente, los investigadores pidieron el allanamiento en la vivienda, ubicada en Olavarría Nº 1128, que fue autorizado por el juzgado de Garantías Nº 6 de La Matanza, a cargo de Carina Andisjevich. El operativo, que se concretó ayer, terminó con cuatro personas demoradas. Dentro del lugar funcionaban siete líneas telefónicas, seis de ellas conectadas a computadoras con fax, aunque la información también llegaba a través de correos electrónicos.
Fuentes de la Unidad Fiscal Sudeste, a cargo de toda la investigación, confirmaron que se secuestraron documentos que vinculan la red ilegal de agencias clandestinas, que podrían llegar a 100, a un empresario de Villa Lugano.