28 marzo, 2024

Espías en la mira: La oposición avanza sobre la ex SIDE

Sonia Fornacero es una perfecta desconocida para casi la totalidad de los argentinos. Pero no es una vecina cualquiera: administrará, este año, al menos 514 millones de pesos de fondos reservados del Estado. En breve, además, será protagonista de un hecho inédito: la primera jefa de Finanzas de la Secretaría de Inteligencia, en más de sesenta años de vida del organismo, en tener que explicar a la oposición en qué se gasta la plata del servicio secreto de la Presidencia.
Tiembla, late, se mueve. Después de más de siete años de hermetismo y de hacer al antojo de los jefes, la Secretaría de Inteligencia de los Kirchner está mostrando las primeras señales de desgaste: el Congreso empezó a meter presión para controlarla, sufre enfrentamientos con otros sectores del Gobierno (ver ¿ Una carpeta…? ) y hasta un clima enrarecido por supuestas peleas entre sus más poderosos agentes.
¿Puede la conducción de la ex SIDE (ahora S.I.) rendir cuentas de sus gastos reservados? ¿Está dispuesta a mostrar las intervenciones telefónicas que realiza? ¿Es cierto que se quiere jubilar Jaime Stiusso , el más poderoso de los espías criollos? El jueves pasado, a las 13.00 en punto, en una oficina sellada por una puerta blindada del sexto piso del anexo del Senado, funcionarios de la Comisión de Inteligencia del Congreso recibieron a los senadores y diputados que ahora deben dirigirla. (Ver La misteriosa…
) La novedad es que por primera vez son mayoría los opositores y que lograron conseguir la presidencia de la Comisión. En la reunión, áspera, intrigante, los opositores sellaron una serie de acuerdos. Estos son los principales: – Citarán a la conducción de la S.I. (les pondrán fecha después de las vacaciones de invierno) – Empezarán a hacer visitas a las bases secretas del organismo.
– Y Pedirán: a) Los listados de los teléfonos intervenidos por orden judicial.
b) los informes anuales de Inteligencia de los últimos cinco años (si es que existen).
c) Listados del personal asignado a las delegaciones del Interior y a las bases secretas.
d) Un detalle de los gastos reservados de los cinco últimos años, no sólo de la S.I. sino también de los de todas las áreas de Inteligencia de las fuerzas de seguridad.
¿Cómo reaccionarán los espías? Primera noticia: Francisco Larcher, el número 2 de la Secretaría y verdadero patrón del lugar, la semana pasada le ordenó a Fornacero, su secretaria de Finanzas, q ue vaya preparando un informe completo y “razonable” sobre los gastos del organismo. Que nadie crea que es una tarea sencilla. La ex SIDE nunca rindió cuentas de nada a nadie y Fornacero está trabajando horas extras en su despacho del viejo edificio de 25 de Mayo 11. Es una mujer de perfil técnico y las presiones para ella son grandes: es allí, detrás de Larcher y Héctor Icazuriaga (en lo formal el número uno de la Secretaría), la persona de más confianza de Cristina Kirchner. No por nada está en ese sitio. En los años noventa, Fornacero era la asesora financiera de Cristina en la Cámara de Diputados.
La presión del Congreso es, por ahora, más una amenaza que cierta. Pero a los hombres de Inteligencia no les gusta la visibilidad, aun si fuera de artificio. Y menos, los pedidos. La idea de los senadores y diputados (Gerardo Morales y Patricia Bullrich son los opositores más activos) será duramente resistida . Según confiaron a Clarín en el organismo, rechazarán el reclamo de rendiciones de cuentas anteriores a la conformación de la nueva Comisión. Tampoco darán los listados de teléfonos intervenidos por orden judicial. “A eso lo tienen que autorizar los jueces”, dicen. Es que lo inédito del momento abre incógnitas: ¿hasta dónde puede husmear la Comisión en las cuentas de “La Casa” de los espías? ¿Cuál es el verdadero límite del Congreso a la hora de controlar escuchas dispuestas por la Justicia? Otro punto, aún de más difícil concreción, es el reclamo de los nombres de los agentes. Hasta hoy, eso sólo se permite por autorización del Presidente. ¿Alguien imagina a Cristina entregando los listados de todos sus agentes? No es la única defensa en marcha. Para Larcher y sus espías, la integración de la Comisión Bicameral es un fino objeto de estudio : algunos de los diputados y senadores de la oposición cargan en sus espaldas asuntos delicados sobre los que la Secretaría amenaza con jugar sus famosas carpetas . Un caso: Carlos Verna, el senador pampeano, fue tocado de cerca en el caso de las coimas en el Senado, del año 2000, cuyos fondos habrían salido de la misma caja fuerte que ahora se quiere controlar. Por ahora, Verna vota en la Comisión como uno de los opositores. ¿Y qué hay de Patricia Bullrich? Un viejo aliado suyo, el ex “sushi” Ramón Albornoz, trabaja en la SIDE desde los tiempos de la Alianza y será el encargado de intentar aplacar a la diputada de la Coalición Cívica.
Entre los espías profesionales las cosas no están mucho mejor. A ellos no los atañe el tema de los gastos reservados, pero sí las escuchas telefónicas (que intentarán ser controladas), la amenaza de visitas sin aviso previo a las bases secretas y el natural desgaste por la sorprendente exposición mediática de los últimos tiempos . La ex SIDE arrastra muchas acusaciones por escándalos políticos, desde escuchas telefónicas a opositores y jueces, hasta las operaciones como las que intentaron vincular a Francisco de Narváez con el narcotráfico o a Luis Juez con la corrupción. La versión sobre supuestas cuentas del senador Juez en el exterior (finalmente desmentida) indicaban que una vecina de Barrio Norte había encontrado la información en un panfleto que le dieron en la avenida Coronel Díaz, a la altura del Alto Palermo Shopping.
El dato, quien lo haya generado, no fue inocente : en ese lugar está ubicada una de las bases secretas de la Secretaría, base que es dominio del Director General de Operaciones, Jaime Stiusso.
“Jaime está cansado de esas cosas y amaga con irse, otra vez. Pero ahora me parece que va en serio.
En 2011 se jubila ”, cuenta un allegado. Y habrá que creerle. Stiusso tiene 59 años y lleva casi 40 en La Casa (es uno de los tres directores que viene de la dictadura, aunque eso no molesta a los Kirchner). En definitiva, es toda una vida en el foco de las sospechas y en la generación de sospechas. En los últimos años, es cierto, Stiusso recostó buena parte de la atención mediática en otro espía , Fernando Pocino, Director de Reunión. Pocino llegó al organismo con el retorno de la democracia y ahora absorbe buena parte de las denuncias: por caso, desde el PRO se lo culpó por el llamado que alertó a Sergio Burstein, uno de los escuchados por Ciro James, y que inició la causa que hoy tiene en vilo a Mauricio Macri.
Esos trajines exponen a los espías a una visibilidad que temen. Semanas atrás, la revista Noticias informó sobre una pelea entre Stiusso y Pocino, justamente por el enredo del caso Ciro James. ¿Celos? ¿Delaciones? ¿Crisis en la cúspide del espionaje? La pelea no sería cierta, sino más bien una sobreactuación de sus protagonistas. Pero refleja nerviosismo. Es que el trascendido sobre el nombre de un espía, Hugo “El Gordo” Alvarez, como el supuesto autor del llamado a Burstein, no encuentra todavía una explicación en la ex SIDE. Algunos culpan a la esposa del ministro de Seguridad de la Ciudad, Guillermo Montenegro, que fue empleada de “La Casa” durante varios años. Y aunque no se pudo demostrar que el tal Alvarez haya sido el autor del llamado, lo cierto es que un espía quedó al descubierto . ¿Quién paga el costo? Aquí las dudas: Alvarez trabajaba en un área de Pocino, pero el llamado se hizo desde un locutorio de Avenida de Mayo, zona del Congreso, a metros de otra base secreta , la de la Dirección Antiterrorista, también bajo dominio de Stiusso. Es decir, que se repitió la situación: dos hechos, dos bases, siempre Stiusso, el viejo zorro que parece cansado. Sean molinos de viento o monstruos imaginarios, los movimientos exhiben a los espías, por una vez, bajo la mirada de otros.
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