28 marzo, 2024

Duhalde ratificó su candidatura

Si desde los funerales de Néstor Kirchner la Casa Rosada busca reavivar la épica de la "juventud maravillosa" de los 70 para convocar a la militancia juvenil, Eduardo Duhalde rompió el silencio ayer para convertirse en el portavoz del último Perón y pedir "paz y hermandad" a los argentinos. Eso no lo privó de exigirle la renuncia al ministro de Economía, Amado Boudou; pronosticar "serios problemas" para el país, y envalentonarse ante el alejamiento del senador Carlos Reutemann del Peronismo Federal. "No modifica en nada mi camino", dijo.
El ex presidente intentó despejar así los rumores -surgidos desde el seno del Peronismo Federal- sobre una eventual renuncia a la campaña presidencial, así como aquietar las aguas tras el volantazo anunciado por Reutemann, que se apartó de la mesa de conducción del peronismo disidente. "Tomamos un paréntesis a partir de la muerte de Kirchner; es lo que correspondía", explicó Duhalde en el predio deportivo que el gremio de los gastronómicos posee en Ingeniero Maschwitz.
En ese lugar, comandado por Luis Barrionuevo, Duhalde se mostró junto a la esposa del sindicalista, la diputada Graciela Camaño, y el ex secretario de Deportes, Fernando Galmarini. La cita elegida fue la final del torneo de fútbol organizado por los "300", la organización juvenil que promueve a Camaño como candidata a la gobernación de Buenos Aires.
Para reafirmar la voluntad de competir en 2011, Duhalde anunció que esta semana visitará San Luis, San Juan y Entre Ríos. El lanzamiento oficial de su candidatura, sin embargo, deberá esperar hasta la segunda quincena de diciembre.
Fue rodeado por una veintena de jóvenes que el ex presidente sentó su posición sobre Reutemann. "No me interesan las actitudes que pueda tener otro dirigente; no modifica en nada mi camino", advirtió. A partir de ahí, se centró en marcar diferencias con el Gobierno y su estilo "bélico de confrontación", aunque se cuidó al hablar de la Presidenta.
"Yo no quiero hacer ninguna declaración que pueda perjudicarla, porque está en un momento muy difícil en el plano personal y político", dijo, para explicar luego a La Nacion: "Los problemas que se vienen para la Argentina son serios. Brasil puede devaluar su moneda, pero nosotros no, porque nos traería un montón de otros problemas, como más inflación".
"Pensamos lo mismo"
La segunda vez que habló del aumento de precios fue para clavarle una estocada a Boudou, quien días atrás sostuvo que la clase media y alta eran las más perjudicadas por la inflación. "Que el Gobierno tenga cuidado y le diga a este señor que se vaya, porque se ha burlado del pueblo argentino", advirtió Duhalde.
Pero luego volvería al mensaje de "paz y hermandad" con el que, según dijo, buscará reinstalar "el aprendizaje que transmitió Juan Perón en su último gobierno", tras el exilio en Europa. Lo ensayó, incluso, con el propio Kirchner. "La diferencia que tengo con Kirchner no es en cuanto al objetivo final, que es lograr más autonomía, más soberanía en la toma de decisiones frente a los organismos internacionales, a las grandes corporaciones. Pensamos lo mismo", afirmó. Aclaró que sus divergencias con el Gobierno siguen pasando por la forma de ejercer el poder. Las "viejas políticas del enfrentamiento, el lenguaje bélico", dijo, antes de volver a la carga contra el entorno presidencial: "Gente que rodea al Gobierno le disputó la conducción a Perón y perdieron en 73. Van a volver a perder".
Antes de partir, Duhalde elogió a Camaño y al diputado Francisco de Narváez como "buenos candidatos" a la gobernación. Y aunque no descartó una alianza, fue menos generoso con el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri. "Es de otro partido, nada que ver con nosotros", sentenció.

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