29 marzo, 2024

Acusan a Bergoglio por secuestro de dos sacerdotes

El hermano de un sacerdote fallecido, que fue secuestrado en una villa del Bajo Flores durante la dictadura, acusó este viernes 18/02 al jefe de la Iglesia católica argentina, el cardenal Jorge Bergoglio, de haber tenido conocimiento de su cautiverio en la ESMA y de retacearle colaboración cuando intentaban dar con su paradero.
Rodolfo Daniel Iorio, hermano del fallecido sacerdote jesuita Orlando Iorio, entregó además al Tribunal Oral Federal 5 (TOF 5) un dosier redactado por su hermano antes de su secuestro en 1976, donde daba cuenta del conflicto que se generó en la iglesia católica argentina en torno a la situación dentro de la congregación, y "en particular respecto de las actitudes del Provincial", el actual cardenal y primado de la Argentina, Bergoglio.
Según explicó, Bergoglio le había exigido, como jefe superior de Iorio y de otro de los curas tercermundistas, Francisco Jalics, que abandonaran la congregación donde habían abrazado "la opción por los pobres" en el marco de la llamada Teología de la Liberación, o que se buscaran otro lugar donde hacerlo.
Fue así que se entrevistaron con el fallecido obispo de Santa Fe Vicente Zaspe y su par Eduardo Pironio, pero no pudieron ubicarse en otro lugar donde trabajar.
Según dijo, en el documento de 17 carillas entregado hoy, el religioso cuenta que tras su liberación, Iorio viajó al Vaticano donde se enteró que en realidad habían sido expulsados de la Companía de Jesús, la congregación jesuitica, y se les prohibió oficiar misa.
Iorio y Jalics, quien también sobrevivió, fueron secuestrados de la villa que hoy se conoce como 1114 y permaneció alojado aparentemente en un casa operativa de Don Torcuato, donde fue torturado con sustancias químicas, luego de un fugaz paso por la ESMA, en dependencias del Servicio de Inteligencia Naval (SIN).
Su hermano recordó hoy que cuando los familiares comenzaron su búsqueda y recurrieron a Bergoglio, se entrevistaron con él en un colegio religioso de la zona oeste del Gran Buenos Aires.
Bergoglio habría dicho desconocer el paradero de los curas secuestrados y les habría pedido "que se retiren porque están viniendo militares", durante la entrevista "que duró 60 segundos".
Rodolfo Iorio relató que en ese momento simuló retirarse del edificio y se ocultó entre las plantas de un jardín, desde donde pudo ver la llegada de "un Ford Falcon verde con personal militar", hecho que a su entender le dejó en claro la relación entre Bergoglio y los militares.

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