29 marzo, 2024

Sospechas y críticas en Paraguay por lo de Yacyretá

José Cardozo y Jorge Cañete abrieron así su crónica para el diario ABC, de Asunción del Paraguay, desde Posadas, Misiones:
"El presidente Fernando Lugo participó anoche (25/02) en Posadas, Argentina, de un acto de celebración por la terminación de Yacyretá, que parecía más bien un mitin peronista, donde pidió la reelección de Cristina Kirchner".
Si bien la Presidente argentina realizó, durante su discurso, una reivindicación del industrialismo del mariscal Francisco Solano López y vapuleó al gobierno argentino que en días de Bartolomé Mitre le declaró la guerra de la Triple Alianza a Paraguay, en la prensa de Asunción se leyeron críticas a lo ocurrido en Posadas.
Es cierto que no toda la sociedad paraguaya se encuentra interesada en el tema ya que en la agenda del sábado 26/02 la prioridad es el clásico de fútbol más tradicional del país, que desde las 17:30 jugarán Cerro Porteño y Olimpia, con un duelo especial.
Pero en los corrillos políticos no deja de comentarse el problema que denuncian los paraguayos: los directores de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), Miguel Ángel Tomas y Miguel Fulgencio Rodríguez, junto a los ministros Miguel López Perito y Julio de Vido, firmaron el acta de acuerdo en la que ambos gobiernos se comprometieron a terminar las obras complementarias y a iniciar el estudio de los mecanismos para reducir la deuda que tiene el EBY con el Tesoro argentino, lo que supone obligaciones financieras de Paraguay.
“Respecto a la deuda de Yacyretá, en relación a la propuesta formulada por el Gobierno de Paraguay, que considera como oportuno y conveniente desendeudar totalmente Yacyretá de las acreencias que tiene con el Tesoro argentino a través de una ingeniería financiera que permita reducir sustancialmente y su plazo de cancelación”, señala el documento firmado en Posadas por las autoridades de ambos países.
En el Ejecutivo paraguayo hablan de una quita de US$ 11.000 millones de la deuda de la entidad, pero no explican cómo se llegará a esa cifra. En 2007, la deuda total era de US$ 10.000 millones, y ahora supuestamente trepó ya a US$ 17.000 millones.
La oposición paraguaya dice que Perito debe explicar por qué la suma reclamada por Argentina creció más de US$ 6.000 millones en 4 años de Cristina Fernández.
Por eso, el enigma es lo que domina. El mencionado Perito dice que con el acuerdo se llegará a 2013, año en que se cumplen 40 años de la firma del tratado, con deuda cero, pero Lugo solamente dijo que el acuerdo fue una “interesante decisión, digna de ser presentada como buena voluntad y entendimiento” entre las partes.
De inmediato apareció en escena el vicepresidente de Paraguay, Federico Franco: “El término quita es un reconocimiento tácito de que existe una deuda, y yo no acepto. No creo que el Gobierno tenga que reconocer el término quita, porque esa palabra no existe, porque eso sería el reconocimiento de una deuda, una deuda que no existe”, declaró a radio Primero de Marzo.
Franco recordó que la nota reversal del 1992 fue rechazada por el Parlamento paraguayo -ese instrumento establecía el congelamiento del precio de la energía eléctrica producida por la represa hidroeléctrica paraguaya-argentina-.
Luego de reconocer que las obras de Yacyretá “avanzaron de una manera extraordinaria” y que en la construcción ocurrieron "posiblemente desprolijidades del lado paraguayo", advirtió que el Paraguay no debe firmar un tratado de construcción del Aña Cua antes de que “se plante la última palmera, se ilumine el último alumbrado público y esté instalado el último adorno de la obra de Yacyretá”.
Además, el diario ABC publicó una nota titulada: "¿De qué quita a Yacyretá hablan?", cuestionando cualquier acuerdo que pretenda alcanzar Lugo.
Con la firma de Ramón Casco Carreras, se lee:
El 1 de setiembre de 2007 el entonces presidente de la República, Nicanor Duarte Frutos, presentaba al Legislativo el Mensaje Nº 664, en el que presentaba a la consideración de ese poder el “Acta de Entendimiento y Anexos de la Entidad Binacional Yacyretá”, sustentado a su vez en un acta de entendimiento de los ejecutivo, y este, en el “preacuerdo técnico”, presentado a la opinión pública paraguaya en noviembre de 2006.
Duarte Frutos en el segundo párrafo de su mensaje al Parlamento explicaba que, debido a “indefiniciones y aplazamientos por falta de financiamiento oportuno, junto con los efectos negativos de la operación prolongada a cota reducida, afectaron notablemente la viabilidad económico-financiera de la Entidad, ocasionando el crecimiento insostenible de la deuda y su total incapacidad para cumplir con los compromisos emergentes del Tratado y Notas Reversales suscritas en ese carácter”.
En el siguiente párrafo brinda números a los senadores de entonces sobre ese pasivo: “el nivel de endeudamiento de Yacyretá con el Gobierno argentino, financista y garante de los recursos obtenidos para ese objeto, conforme los estados contables al 31 de diciembre de 2005, registra un saldo deudor de dólares americanos diez mil ochocientos ochenta y cinco millones (US$ 10.885.000.000), con un crecimiento promedio anual de los últimos años en torno a dólares americanos novecientos millones (US$ 900.000.000)”.
Según los técnicos que trabajaron en el acuerdo, avalados por sus gobiernos, solo consideraron los siguientes ítems: “recursos efectivamente aportados: US$ 4.688 millones. Recursos que hagan falta para el PTY (Plan de Terminación de Yacyretá), que serían prestados una vez más por el Gobierno argentino: US$ 730 millones. Deuda con acreedores financieros: US$ 694 millones. Deuda de ANDE con el Banco Nación Argentina: US$ 106 millones.
US$ 6.218 millones
La suma de esos cuatro factores, incluyendo el nuevo préstamo, daba como resultado la deuda que reclamaba hace cuatro años el Gobierno argentino a la EBY: US$ 6.218 millones.
Cotejemos esta cifra con el saldo que quedaría luego de la quita de US$ 11.000 millones que anunciaron el último jueves, según la explicación llamativamente superficial e imprecisa de López Perito: US$ 6.000 millones. Luego, la pretendida quita entre esa cifra y la actual es US$ 218 millones.
Duarte Frutos en su mensaje al Parlamento apunta correctamente algunas de las causas del “crecimiento insostenible de esa deuda”, pero se olvidó de otras, como la vigencia, por decisión argentina de una de las tres notas reversales del 9 de enero de 1992, que imponía a la EBY una tarifa política, muy distante de sus costos reales, US$ 0,030 por KWh (US$ 30/MWh), que sigue vigente hasta la fecha, obviamente, con los ajustes de ese valor por inflación, a pesar de que la hidroeléctrica genera con la “cota de diseño”.
No debe olvidarse que, en los casi 17 años de funcionamiento de la usina, incluso a cota reducida, el sistema eléctrico argentino se aprovechó de más del 95% de la energía producida.
El resultado más concreto del ya célebre viaje de técnicos de la Contraloría General de la República (CGR) a las oficinas centrales de la entidad binacional de Buenos Aires, en julio de 2007, fue comprobar la inexistencia de documentos respaldatarios de gran parte de la deuda reclamada.
Es más, los documentos consignan que la EBY, pese a su invitación oficial a revisar sus cuentas, negó a la CGR, encabezada entonces por su propio titular Octavio Airaldi, copias de los documentos.
¿Y la transparencia?
El documento de la Presidencia sobre el eventual nuevo acuerdo fue mezquino en materia de transparencia.
En efecto, no explica, por ejemplo, por qué la deuda con el Gobierno argentino aumentó US$ 6.115 millones en tan solo cuatro años, mucho más que la proyección que hizo el Sr. Duarte en el Mensaje al Parlamento. En el 2007 apuntaba, casi como un escándalo, el aumento de ese pasivo de US$ 900 millones por año. Si dividimos por cuatro el actual, el mencionado por el Sr. López, comprobaremos que se hinchó US$ 1.528,75 millones por año.
¡Cuidado con la novación!
Tampoco menciona el jefe de Gabinete de la Presidencia cómo se va a pagar el saldo de US$ 6.000 millones. Hace cuatro años se quiso imponer el exótico mecanismo conocido como “novación”. Ese saldo debía cancelarse con energía. En otras palabras, documentos casi inexistentes, intereses sobre intereses, etc., por energía, incluso a generarse en los próximos 42 años: 350.700 GWH (350.700.000 MWh). O sea, alrededor de US$ 17/MWh. ¡Una ganga!
El Mensaje 664 y el Acta de Entendimiento fueron retirados por el Ejecutivo del Parlamento ante la inminencia de un nuevo rechazo.
Deuda reclamada es ficticia
La deuda de la Entidad Binacional Yacyretá con el Gobierno argentino es ficticia, por varias razones:
1.- Los artículos VIII y XIX del Tratado consagran el concepto “aporte”, no “préstamos”, incluso muchas veces con intereses cuasi usurarios.
2.- Argentina es la única responsable de más de veinte años de atraso en la puesta en servicio de la usina.
3.- El subsidio que propiciaba la Nota Reversal del 9 de enero de 1992, rechazado por el Legislativo paraguayo en 1994, fue abrumadoramente aprovechado por Argentina, al llevarse más del 95% de la energía generada.
4.- La República del Paraguay sacrifica el 80% del territorio anegado por el embalse de Yacyretá.

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