29 marzo, 2024

Extraditarán a “Fred” Machado, el empresario argentino acusado de estafas millonarias y de importar cocaína a Estados Unidos

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Compacto Político). En abril de 2021, Federico Andrés Machado, “Fred” para algunos, fue acorralado y arrestado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria en el aeropuerto de Neuquén, mientras se disponía a abordar un vuelo hacia Capital Federal. Era, en los papeles, un empresario. De 53 años, y con dos domicilios fiscales, uno en Viedma y otro en la Ciudad de Buenos Aires, había integrado años atrás una pequeña empresa del negocio cosmético. Su real fortuna estuvo en Estados Unidos: fue el referente de la firma South Aviation, basada en Fort Lauderdale, Florida, dedicada al negocio de los aviones, con la compra de viejos modelos bélicos.

Pero a “Fred”, que había venido semanas antes desde México, se lo llevaban por otra cosa: lavar dinero y traficar droga, no aquí, sino en Estados Unidos, con una circular roja de Interpol sobre su cabeza, buscado por la Justicia estadounidense. Fue capturado gracias a una larga investigación a cargo de la PROCUNAR, con el secretario Matías Álvarez a cargo, bajo la dirección del fiscal federal Diego Iglesias.

Su captura argentina quedó a cargo del juez federal neuquino Gustavo Villanueva, que recibió el pedido de PROCUNAR. Hoy, un año después, Villanueva decidió que Machado sea finalmente extraditado a Estados Unidos en el marco del tratado que rige en ambos países, según confirmó el Ministerio Público Fiscal, tras hacer lugar a la postura del fiscal Miguel Palazzani, según confirmó el MPF.

La historia de su caída es sumamente llamativa.

El trámite en su contra en territorio argentino tardó apenas dos días. El 14 de abril, la Dirección de Inteligencia Criminal del Ministerio de Seguridad de la Nación remitió un informe tras un pedido de colaboración de una agregada de Homeland Security de la Embajada de los Estados Unidos.

“Fred” estaba señalado por importar grandes cantidades de cocaína a los Estados Unidos desde y a través de Colombia, Venezuela, Guatemala, México y otros países latinoamericanos, a través de la compra fraudulenta de aviones, que eran supuestamente trasladados a esto países para contrabandear polvo y, en el proceso, lavar dinero. Se cree, también, que defraudó a empresarios con compras privadas de aeronaves valuadas en millones de dólares que resultaron ser falsas.

De acuerdo a informes en poder de las autoridades argentinas, la asociación ilícita incluía el uso de documentos de registro truchos para cubrir la verdadera titularidad. Por ejemplo, entre abril y junio de 2019, participó de una transferencia de un avión que fue transportado desde el estado de Florida hacia México esquivando los trámites de rigor de la Federal Aviation Administration. Se hicieron dos transacciones vinculadas a la aeronave, de 2,2 y 1,9 millones de dólares respectivamente. También, en febrero de ese año, fue involucrado en la venta clandestina de un avión que era propiedad de la aerolínea japonesa All Nippon Airways. También comenzó maniobras para vender otro avión de una aerolínea privada en China. Luego, lo hizo con otra nave de Air India.

El daño por jugadas sucias con aviones se estima, según estos informes, en 250 millones de dólares.

Y después está la droga: lo vinculan a 1.556 kilos encontrados en un avión abandonado en México supuestamente destinado a Belice, más de 2.5 toneladas de polvo en Guatemala, encontradas el 16 de noviembre en un jet Gulfstream II incautado en el Parque Nacional Laguna del Tigre, con un piloto mexicano y un ex policía de Costa Rica involucrados en la mezcla que pasaron siete meses encarcelados en una prisión guatemalteca, según el diario El Periódico.

La ley estadounidense puede ser excepcionalmente dura con “Fred”: varios de los delitos que le imputan, como una asociación ilícita narco, conllevan una pena máxima de prisión perpetua.