Cristina: "No vean a la Argentina como una vaca"
ESTAMBUL.- El estrecho de Bósforo, con sus barcos y pescadores, los palacios de los sultanes, las cúpulas de las mezquitas, el canto del muecín que convoca a los fieles a rezar, conjugan la magia de una ciudad de 15 millones de habitantes, capital financiera de Turquía, que se levanta entre dos continentes: Europa y Asia.
Cristina Kirchner concluyó ayer en este marco su gira de seis días por Kuwait, Qatar y Turquía, adonde viajó para abrir nuevos mercados y profundizar las relaciones bilaterales.
"No queremos que vean a la Argentina solamente como una vaca o como productora de granos. La Argentina dio un salto cualitativo en materia de valor agregado", dijo la mandataria, intentando vender las bondades del país, cuando habló aquí ante empresarios que asistieron a un seminario sobre oportunidades de inversiones que tuvo lugar en el hotel Conrad.
Como ya había hecho en su gira, la Presidenta elogió el modelo puesto en marcha en nuestro país a partir de 2003. "La Argentina, en ocho años, ha tenido el crecimiento más importante de sus 200 años de historia", aseguró. La Presidenta justificó su afán de nuevos negocios e inversiones: "Se trata de instrumentos que generan puestos de trabajo y aseguran la calidad de vida de nuestras sociedades, que es nuestra responsabilidad".
La mandataria, que antes de emprender su regreso a Buenos Aires hizo algo de turismo por Estambul, subrayó logros alcanzados en Turquía, la decimoséptima economía del mundo, con características muy similares a la Argentina. Mencionó la firma del memorándum de cooperación que sellaron la Cámara Argentina de Comercio -representada por Eduardo Eurnekian- y su par local, y por la UIA -representada por su vice, Federico Nicholson- con el Consejo de Relaciones Económicas e Internacionales de Turquía.
También destacó el acuerdo por el cual probablemente en agosto haya vuelos directos entre la Argentina y Turquía por primera vez, lo que provocó aplausos en el auditorio. "La apertura de rutas aéreas es un hecho auspicioso. Así como con Qatar Airways abrimos un ruta el año pasado, que fue un éxito absoluto, Turkish Airlines planea vuelos directos entre Buenos Aires y Estambul, con escala en San Pablo, que van a provocar un crecimiento exponencial del comercio", apuntó más tarde el ministro de Planificación, Julio De Vido.
Cristina Kirchner, que se alojó en el lujoso Four Season -construido sobre una antigua prisión, en el corazón de la parte vieja de esta ciudad que cuenta con 3000 mezquitas, 400 iglesias y 60 sinagogas-, también celebró el acuerdo que un empresario argentino cerró para vender 20.000 toneladas de carne con hueso por US$ 80 millones y la puesta en marcha de una cámara de comercio bilateral que explorará oportunidades de negocios entre los dos países.
Como hizo en Kuwait y Qatar, la Presidenta resaltó los avances argentinos en agroindustria, biotecnología, energía, turismo, minería, ecología, ciencia, tecnología e industria farmacéutica. "La Argentina es, después de Bolivia, el segundo productor de litio a nivel global", dijo, y recordó que científicos argentinos ganaron tres premios Nobel en medicina y ciencias. "Me parece que en el siglo XXI la armadura no va a ser en potencia militar, sino en ciencia y en tecnología", agregó, y destacó la producción de energía atómica con fines pacíficos.
Amén de la fórmula de la vaca, la Presidenta utilizó un lenguaje llano también cuando dijo: "La crisis económica global de 2008 parió: hizo nacer al G-20", foro al que pertenecen Turquía y la Argentina. Recordó que hasta el crack del 2008 existía el G-7 (grupo de los países más ricos del mundo), que "comandaba el sistema de decisiones políticas y económicas".
Cristina habló, además, de las profundas transformaciones del siglo XXI y aseguró que la crisis mundial debe ser vista como una "oportunidad maravillosa para los países emergentes". Luego de un discurso de casi media hora, la Presidenta sorprendió a los más de cien comensales presentes: en lugar de quedarse a almorzar, como estaba previsto, se fue como un torbellino, sin saludar siquiera.
Más tarde el canciller, Héctor Timerman, dijo que el cambio de agenda se había debido a un pedido de entrevista de Güler Sabanci, la principal empresaria de Turquía, una mujer que el Financial Times situó en el quinto puesto entre las 50 más influyentes del mundo, dueña de un holding que en 2009 tuvo ingresos por US$ 12.200 millones, que tiene inversiones en la Argentina por US$ 35 millones a través de la empresa Kordsa, en Berazategui, en el sector del nylon. "Sabanci sufrió la devaluación y el default, y sin embargo apostó a quedarse en la Argentina, donde se gana plata", dijo el canciller, que contó que "le dio a Cristina el pésame por el fallecimiento de Néstor Kirchner".