Ex militar niega que hubo 30.000 desaparecidos y apropiación de bebés
El ex capitán de fragata Jorge "El Tigre" Acosta, acusado de delitos de lesa humanidad, negó la existencia de 30 mil desaparecidos y la apropiación de 500 bebés nacidos en cautiverio durante la última dictadura militar y dijo que "esa mentira nos va a llevar a una nueva guerra civil", según publicó DyN.
Acosta declaró ante el Tribunal Oral Federal 6 en el juicio que se le sigue junto a los dictadores Reynaldo Bignone y Jorge Rafael Videla -quien no estuvo presente por fracturas múltiples en uno de sus brazos- y otros cinco acusados, en la causa por el plan sistemático de robo de bebes.
El ex jefe de inteligencia del Grupo de Tareas 3.3.2 de la ESMA dijo que los 30 mil desaparecidos y el robo de 500 bebés son "una mentira, más allá que al terrorista Eduardo Luis Duhalde (secretario de Derechos Humanos de la Nación) le resulte todo un símbolo".
"Esa mentira nos va a llevar a una nueva guerra civil de corte trotskista", declaró Acosta, quien se había pronunciado de igual manera en el juicio por los crímenes de la Escuela de Mecánica de la Armada en el que también está acusado.
Acosta sostuvo que el libro "Nunca Más" de la CONADEP estableció que hubo ocho mil desaparecidos. "Debemos llegar a ese número porque es el homenaje adecuado que se le debe a las víctimas de uno y otro lado", señaló.
También dijo que siente dolor "por las víctimas de uno y otro lado" y desligó de responsabilidades a las Fuerzas Armadas por el robo de bebés.
"No pueden atribuirle a las Fuerzas Armadas la tacha de la apropiación de menores. No hubo plan sistemático de apropiación de menores; hubo algunos que se quedaron con esos menores", sostuvo sin dar nombres.
Acosta también negó conocer los nacimientos clandestinos en la ESMA de los actuales legisladores Juan Cabandié y María Victoria Donda y rechazó que en ese centro clandestino haya existido una maternidad. "No tengo en claro que hayan nacido en la ESMA. Hoy han aparecido y están con sus padres u otras personas que se los han apropiado, pero ninguna tiene nada que ver con la ESMA", se explayó.
El acusado solo admitió que conoció el nacimiento del hijo de Silvia Labairú, a quien calificó como colaboradora del régimen. "Yo soy jefe de inteligencia de la unidad de tareas G 3.3.2 y puedo conocer superficialmente aquellos casos que estuvieron colaborando", agregó.
Acosta, de 69 años, primero le dijo a la presidenta del Tribunal, María del Carmen Roqueta, que no iba a declarar y solo contestó preguntas personales. Ante la consulta de si tenía apodo, Acosta no reconoció que lo llaman "Tigre" y respondió que de chico le decían "Gales".
"De chico me decían Gales, como dice el terrorista Bonasso (Miguel, periodista, escritor y diputado nacional), el resto de lo que dice es todo mentira".
Bonasso es autor del libro "Recuerdos de la Muerte" donde relata el cautiverio de los detenidos en la ESMA y contaba como dirigía Acosta con mano de hierro ese centro clandestino.
Consultado sobre si registra condenas, Acosta respondió "negativo" y explicó que además está siendo juzgado por los crímenes cometidos en la ESMA, proceso que comenzó el año pasado.
Pero tras escuchar la lectura de sus indagatorias dadas durante la investigación de la causa, Acosta decidió hablar.
En tanto, se negó a declarar el resto de los acusados: Bignone, Jorge Luis Magnacco, médico a cargo de los partos en la ESMA; el ex general Santiago Riveros, el ex prefecto Jorge Antonio Azic y los ex almirantes Rubén Franco y Antonio Vañek.
Por su parte, Videla no estuvo presente porque sufrió "múltiples fracturas" en un brazo y no concurrirá durante dos meses.
El Tribunal leyó la pericia del Cuerpo Médico Forense que confirmó que Videla se cayó en su lugar de detención, el penal de la base militar de Campo de Mayo, y sufrió varias fracturas que le obligarán a permanecer inmovilizado de 45 a 60 días para recuperarse plenamente.
Los imputados están acusados por 34 casos de bebés nacidos en las maternidades clandestinas que funcionaron en los centros de detención y exterminio ESMA, Campo de Mayo, Pozo de Banfield, La Cacha, Comisaría 5ta. de La Plata, El Vesubio, El Olimpo y Automotores Orletti, y dados ilegalmente a familias de militares, en muchos casos.
Entre los casos que se juzgan se encuentran los del nieto de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, cuya hija Laura estaba embarazada cuando fue secuestrada, y de Macarena Gelman, nieta del poeta Juan Gelman.
También llegan a juicio las apropiaciones de Donda y Cabandié y de la nieta de María Chorobik de Mariani, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo.
Los represores están acusados de sustracción, retención y ocultamiento de menores y de sustitución de identidades, y podrían ser condenados a la pena de prisión perpetua.