Efecto Chubut: Macri ordenó enfriar los contactos con el PJ
Si los gestos hasta hoy eran tibios, medidos, espaciados, las noticias que llegan desde Chubut terminaron por convencer a Mauricio Macri de que el PRO no tiene nada que negociar con el Peronismo Federal.
Al menos por ahora. El jefe de Gobierno avizora que es más lo que le puede restar que lo que le puede sumar y mandó a desconectar todas las líneas de comunicación. Lo mueve una cuestión de imagen pero sobre todo una cuestión estratégica: Macri sabe que para que su sueño presidencial pueda mantenerse en pie, primero debe ganar la Capital. Y cree que un acercamiento al convulsionado peronismo anti-K podría entorpecer ese camino .
“Mauricio tiene completamente descartado un acuerdo de cúpulas para la primera vuelta”, confió a Clarín uno de los principales armadores macristas a nivel nacional. “ Si hay balotaje, la negociación vendrá sola y será mucho más fáci l”, supone el mismo operador.
En rigor, Macri ya lo había adelantado. “No hay ni habrá alianza con el Peronismo Federal”, dijo hace menos de un mes, mientras caminaba por Expoagro, en Baradero. Parte de su propia tropa quedó algo descolocada cuando leyó aquella frase, que, si no lo fue, se pareció bastante a una sugerencia de su principal asesor, Jaime Durán Barba.
El ecuatoriano sostiene en la intimidad que “hay un solo peronismo y ese peronismo está con Cristina” y considera que un acercamiento con el sector díscolo del PJ podría espantar votantes en la franja de jóvenes, en especial si la candidata resulta ser Gabriela Michetti. El gurú le susurra a su cliente que el PRO debe quedar asociado “a lo nuevo”. Es fácil imaginar dónde ubica a Eduardo Duhalde y a Alberto Rodríguez Saá, los dos presidenciables que aún apuestan a la interna.
“Además argumenta otro de los armadores de Macri una cosa era negociar con Duhalde o con El Alberto si ganaban una interna de cuatro, bien armada y promocionada, y otra muy distinta es que nos sentemos con el ganador de una interna desteñida, donde dos ya se bajaron”.
El conductor del PRO afianza la idea de ir solo a octubre después de la elección en Chubut más allá de cual sea el resultado final y se jacta de no haber apoyado públicamente a Martín Buzzi, el delfín de Das Neves. Con el gobernador tiene una relación cordial, pero no se olvida de que se trata del hombre del PJ anti-K que más lo criticó en el último tiempo .
Macri, de todos modos, separa lo que podía llegar a ser una alianza nacional de las conversaciones que se dan en tierra bonaerense. Allí le dio vía libre a su primo, el diputado provincial Jorge Macri para que avance con la duhaldista Graciela Camaño y él mismo se encargó de reunirse esta semana con Francisco de Narváez para retomar la sociedad que en 2009 derrotó a Néstor Kirchner. Con el diputado Felipe Solá también intercambia llamados. “Vamos a necesitar de todos para ganarle a Scioli”, explican en el macrismo.
Las conversaciones para ungir a De Narváez como candidato a gobernador avanzan lentamente. De Narváez le exige a Macri que antes de pensar en el armado se tiene que pronunciar oficialmente como postulante a presidente. Y le pone condiciones para aceptar la convivencia con duhaldistas, con los que la relación quedó herida después del abrupto cierre de listas de la elección pasada.
Reunión clave para fijar la fecha de la elección
Como adelantó Clarín el viernes, Mauricio Macri se reunirá mañana con todo su equipo y tras un largo debate resolverá la fecha para que los porteños elijan al nuevo jefe de Gobierno. La alternativa que más suena es la del 26 de junio, aunque también se barajan el 7 o el 28 de agosto.
La discusión pasa por saber qué jugada representa menos riesgos para retener el poder en la Ciudad, condición fundamental para que Macri revalide su aspiración de ser el próximo presidente. Si las elecciones son en junio se habrán impuesto los que quieren separarla lo más posible de la elección nacional. Caso contrario, dominará la idea de quienes creen que en los próximos meses Cristina Fernández podría sufrir alguna caída en su imagen y que eso podría beneficiar el retraso de la contienda porteña.
Los michettistas agitan por lo bajo que lo mejor es que se vote el 26 de junio. Creen que eso la posiciona mejor a Gabriela Michetti “porque ya está instalada y lidera las encuestas”.
Sin embargo, desde el larretismo no se inmutan. “Horacio está en condiciones de salir ya a la cancha, tiene el 95 por ciento de conocimiento entre la gente y todavía no empezó la campaña”. Así, Rodríguez Larreta no insistirá demasiado con llevarlas a agosto.
Una vez que se determine la fecha, Macri se tomará un tiempito para ver a quién elige para dar pelea. Si es que no se arrepiente y es él el candidato.
Duhalde, Saá y las internas
Pese a la reciente deserción de Mario Das Neves y a la propuesta de Felipe Solá de “rediscutir todo”, Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saá mantienen en pie la interna por regiones que debería arrancar el próximo domingo en la Ciudad. Duhalde sostuvo que “sería una vergüenza bajar la interna” y Rodríguez Saá también se manifestó a favor de avanzar con el cronograma previsto antes de la polémica por la elección a gobernador de Chubut. De todos modos, los principales referentes del Peronismo Federal podrían reunirse el martes para volver a discutir su estrategia sobre las candidaturas del espacio. Entre otros, a ese encuentro está invitado el santafesino Carlos Reutemann