Cómo son las casas construidas por la Fundación Madres
Aydé Arbel pintó la mesa de verde y las seis sillas, de negro, y sueña con dejar, muy pronto, las paredes de color naranja. "Me gustan los colores vivos; para aburrida ya estoy yo", cuenta la mujer, mientras se ríe y acaricia a uno de sus ocho perros, en una de las casas construidas por las Madres de Plaza de Mayo en el conurbano bonaerense.
Como otros vecinos del barrio Ministro Rivadavia, en el partido de Almirante Brown, ella está conforme con las viviendas, que tienen todos los servicios básicos y por los que todavía no pagan nada.
Aydé comparte la casa con Antonio Sandoval, su marido, de 46 años, empleado de un astillero, y sus hijos: Braian, de 15, y Antonela, de 12. El inmueble de 70 metros cuadrados donde vive la familia desde el 3 de enero pasado se lo entregaron cuando el municipio los erradicó, junto con otras familias, de la villa 2 de Abril, situada a pocas cuadras del centro de Adrogué.
La vivienda de Aydé es una de las 160 que la Fundación Madres de Plaza de Mayo, a través del plan Misión Sueños Compartidos, construyó en el partido gobernado por el kirchnerista Darío Giustozzi. Las obras las financia el Estado nacional, con una partida de unos 24 millones de pesos, y hasta el momento tiene un 95% de avance, según afirmó a La Nacion el secretario de Infraestructura y Planificación del municipio, Daniel Bolettieri.
Cuando Aydé recibió la llave de su casa, adentro tenía casi todo: la mesa, las sillas, la cocina, las camas, los roperos, el baño, el termotanque y las estufas eléctricas. Lo único que tuvo que mudar fue su ropa, la heladera, el televisor y un sillón donde duermen los perros.