21 mayo, 2025

Enojo de Uruguay y Paraguay con el país

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Uruguay y Paraguay no ocultan su enojo con el gobierno argentino por "bloquear" el comercio de energía eléctrica entre ambos países "sin fundamentos legales".
Altas fuentes del gobierno de José Mujica revelaron que Uruguay quiere comprar electricidad a Paraguay generada por una represa de ese país, pero la Argentina posterga la autorización para que la energía atraviese su territorio y llegue a destino. El conflicto, dijeron los informantes a La Nacion, pudo haber sido la principal causa de la ausencia de la presidenta Cristina Kirchner a la última cumbre del Mercosur, en Asunción, la semana pasada.
En el gobierno argentino, en cambio, se sostiene que la disputa surgió porque Paraguay no puede demostrar que la electricidad no proviene de la hidroeléctrica binacional Yacyretá, cuyos excedentes debe vender a la Argentina. "La electricidad es una sola y cuando entra en las líneas ya no se puede distinguir de dónde viene", dijeron ayer en el Ministerio de Planificación ante la consulta de La Nacion, al tiempo que negaron tajantemente que la Presidenta haya faltado a la cumbre regional en Asunción por este tema.
Lo cierto es que el malestar es palpable en el gobierno uruguayo, donde dicen estar sorprendidos por la actitud del ministro Julio De Vido, que en la cumbre de marzo pasado en el Palacio San Martín, en Buenos Aires, fue enérgico en rechazar que este tema se incluyera en una declaración conjunta. Los funcionarios no hicieron público su enojo porque creyeron que el conflicto se destrabaría a otro nivel, pero pasó el tiempo y no hubo avances.
"De Vido negó una mesa tripartita porque mientras negocia bilateralmente, a Uruguay le dice que la culpa es de los paraguayos y a Paraguay le dice que los uruguayos no cumplen quién sabe qué norma y estira la resolución", dijo una fuente oficial.
Paraguay tiene compromisos con Brasil para venderle los excedentes de energía de Itaipú y, con la Argentina, los de la represa Yacyretá, pero Uruguay pretende comprar lo producido en Acaray, una central hidroeléctrica exclusivamente paraguaya.
La negociación entre los dos socios más pequeños del Mercosur ya está cerrada por las autoridades energéticas, las cancillerías y las empresas involucradas, la paraguaya Administración Nacional de Electricidad (ANDE) y Usinas Termoeléctricas del Estado (UTE), de Uruguay.
Para los orientales, las normas del bloque regional garantizan el libre tránsito de la energía y la Argentina no puede poner trabas, pero afirman que no se trata de un problema económico, sino de que la administración Kirchner quiere dejar a Paraguay con un solo cliente, el mercado argentino. En Asunción esperan concretar esta operación para luego hacer lo propio con Chile. "Es muy difícil negociar con esta administración argentina", se quejó un funcionario de la cancillería oriental en estricto off the record . "Paulatinamente se han resuelto los temas técnicos y ahora se está en una etapa de negociación con la Argentina, con la que se vienen resolviendo los obstáculos jurídicos existentes; el tema energético es regional y estaremos focalizados en esto", dijo públicamente el canciller uruguayo, Luis Almagro.
Oportunidad perdida
La viceministra de Minas y Energía del Paraguay, Mercedes Canese, es una de las principales protagonistas de este conflicto. Había transmitido a Uruguay que la Cumbre del Mercosur de Asunción era "la" oportunidad para lograr que la Argentina admitiera el acuerdo y no lo dilatara más. Pero no tuvo suerte porque Cristina Kirchner no fue al encuentro presidencial.
"Solamente había algunos pequeños detalles del contrato que había que terminar de definir", lamentó Canese. ¿Cuáles son esos detalles? En el gobierno uruguayo dicen que es simplemente la firma del aval para el tránsito de energía a través del pasaje binacional de Salto Grande (entre Concordia y Salto).
Las autoridades uruguayas consideran que no hay problema de falta de energía, pero que sí enfrentan un costo alto de producción por la necesidad de generar sobre la base de combustibles fósiles para un país que no tiene petróleo propio.
El convenio con Paraguay surgió luego de confirmar las posibilidades de ese país de exportar a Uruguay parte de los excedentes de lo producido en una represa propia, que no es de lo que genera en forma conjunta con Brasil o la Argentina.
Los comentarios que circulan en la Torre Ejecutivo, donde Mujica tiene su despacho, giran sobre el malestar con la Argentina por "sus planteos inaceptables", aunque no se entra en detalles. La bronca con el gobierno kirchnerista se inició en 2010 y por ahora se acumula en silencio. "Es una cuestión de soberanía; dejan prisionero a Paraguay para exportar su energía y nos perjudican a nosotros", agregó otra fuente.
En Planificación, la visión es otra: "La relación con Uruguay es inmejorable; la Presidenta firmó en Olivos un convenio con Mujica para regasificación de gas y les estamos vendiendo 300.000 m3 por día para abastecer a los hogares uruguayos". Aquí, en la otra orilla, creen que ahora el tema sólo puede resolverse en un mano a mano de los presidentes.

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