Giro en la oposición: facilitará la discusión de leyes clave
El voto opositorConmocionada todavía por su derrota, la oposición en el Congreso acusó recibo del rotundo apoyo que la presidenta Cristina Kirchner recibió en las urnas en las elecciones primarias. En un giro drástico de su estrategia parlamentaria, ahora se apresta a facilitar el debate de leyes que el Poder Ejecutivo considera prioritarias, entre ellas, el proyecto de presupuesto 2012.
Esta iniciativa acaparará en lo inmediato la discusión en el Congreso: como todos los años, el Gobierno presentará el 15 del actual su proyección de gastos y recursos para el próximo ejercicio, y el jefe del bloque de diputados oficialistas, Agustín Rossi, ya anticipó que aunque no cuente con mayoría en la Cámara baja procurará aprobarlo y girarlo al Senado antes del recambio legislativo del 10 de diciembre. Confía en que la ola triunfalista de las urnas doblegará a los sectores más críticos de la oposición, renuentes a apoyar presupuestos con premisas subestimadas, como la de la inflación.
La expectativa de Rossi encontraría ahora tierra fértil en los principales bloques opositores, que evalúan dejar de lado su habitual intransigencia.
"No fue prudente haber presentado, el año pasado, un proyecto de presupuesto opositor; al final, la ley no se aprobó y el Gobierno no sólo reasignó las partidas de manera arbitraria, sino que se victimizó acusando a la oposición de haberlo dejado sin esta ley fundamental -indicó a LA NACION el jefe de bloque de diputados de la UCR, Ricardo Gil Lavedra-. Creo que ahora lo más sensato para la oposición será dar el debate y, tal vez, darle media sanción en general, pero acotando, en el debate particular de cada artículo, el manejo arbitrario de los recursos excedentes que el Gobierno no incluye adrede en el presupuesto."
En el tope de la agenda kirchnerista, figuran otros dos temas revulsivos para la oposición: la prórroga del impuesto al cheque -que el Gobierno se niega a coparticipar entre las provincias- y de la emergencia económica, que le confiere facultades excepcionales a la administración. En estos puntos, Gil Lavedra es más intransigente: "Estamos en contra de ambos proyectos, aunque sí soy partidario de dar el debate".
Esa posición radical es compartida por referentes opositores de la Cámara baja, como el jefe del bloque del Peronismo Federal, Felipe Solá -que ahora coquetea con el gobernador Daniel Scioli -; Graciela Camaño, del bloque Peronista, y Gustavo Ferrari, mano derecha de Francisco de Narváez.
"No se puede ser ciego a lo que pasó en las elecciones, por eso creo conveniente que este año el Gobierno cuente con presupuesto. Eso no implica que avalemos cosas irrazonables; dar el debate no implica que renunciemos a corregir los aspectos erróneos o abusivos", afirmó Ferrari.
El cambio de postura que evidencian estos sectores contrasta con quienes insisten en no claudicar frente a la avanzada kirchnerista. "Debemos actuar con coherencia moral y hacer lo que es correcto más allá de un resultado electoral -afirmó Alfonso Prat-Gay (Coalición Cívica)-. Porque la gente votó a Cristina no quiere decir que un presupuesto es menos «trucho». Yo no voy a avalar un presupuesto como el del año pasado, que decía que la inflación sería del 9 por ciento."
El diputado Oscar Aguad (UCR) coincide con Prat-Gay. "No importan los votos, sino las convicciones -sostuvo-. La UCR debe bregar por el desarrollo del país, por la reconstrucción de la confianza y las reglas de juego que generen condiciones para la inversión y esterilice la fuga de capitales. Si el Gobierno persiste en consolidar un modelo con alta inflación que no genere empleo, debemos auspiciar alternativas."
En la oposición se inicia un intenso debate sobre el papel que deberá tener en adelante. Hasta diciembre tendrá cierto predominio en la Cámara baja, no así en el Senado. Con el recambio legislativo, los opositores perderán terreno -si se cristaliza el 50% que obtuvo la Presidenta en las primarias -, máxime si el oficialismo, con su aura triunfalista, consigue cooptar a algunos de sus rivales de hoy.
Ante esta realidad, cobra fuerza la tendencia más dialoguista y menos confrontativa con el Gobierno. En este cambio de postura no sólo pesa la recuperación numérica del oficialismo, sino el resurgimiento del sector progresista de la oposición, el que lidera como candidato presidencial Hermes Binner. El Frente Amplio Progresista siempre procuró desmarcarse del llamado "Grupo A", en el que se agrupaban los opositores más duros. De hecho, en leyes clave votó con el oficialismo.
Esta postura más conciliadora de Binner también se reflejaría en el debate del presupuesto. "Vamos a acompañar la iniciativa, siempre y cuando no se vote a libro cerrado", advirtió. Claudio Lozano aclara: "Si el Gobierno insiste en postular premisas falsas, no lo avalaremos".
Ante esta situación, muchos opositores postulan la idea de bajar los decibeles. "Debemos abandonar la estrategia del «Grupo A» -dijo el jefe radical, Ernesto Sanz, a LA NACION-. La UCR debe ser interlocutor del Gobierno, sin perder su identidad."