En pose zen, Macri pidió "una actitud de grandeza" a Cristina
El jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, reclamó esta mañana "una actitud de grandeza" al gobierno de Cristina Fernández para reabrir el diálogo con la Ciudad, al sostener que en los últimos cuatro años se perdió "energía inútilmente".
Macri, que confesó que en los últimos tiempos está estudiando la filosofía budista, dijo que esperaba "otro tipo de relación y propuesta" con la Casa Rosada, como así también un "menor nivel de agresión, violencia y confrontación" entre toda la dirigencia política.
El mandatario reelecto remarcó que mantuvo una "buena conversación telefónica" con la Presidente, lo cual consideró "un buen punto de partida", pero afirmó que "todavía no ha pasado nada concreto y sueño con que sí pase".
En declaraciones a radio Mitre, el jefe de gobierno porteño volvió a referirse brevemente a su ex socio político Felipe Solá, que afirmó ya no sentirse parte de la "oposición dura" al kirchnerismo: "Me dio lástima, cayó en lugares comunes".
"Lo importante es que después de esta elección comienza una nueva etapa en la cual se va a renovar la política claramente, van a surgir nuevos liderazgos y va surgir una generación más joven, con otra formación; va a haber otro debate", aseguró.
Al insistir en reclamar a la Casa Rosada la apertura del diálogo con la administración porteña, el titular del PRO advirtió que si el kirchnerismo no tiene ese gesto, "será una oportunidad perdida".
"La gente lo espera. Si hay algo que quedó claro después de que ganamos nosotros en la Ciudad, fue (la demanda de) un cambio de clima. Hay que tener una actitud de grandeza", reiteró en su mensaje al Gobierno nacional.
"El mundo no está fácil, la Argentina no puede perder energía en confrontaciones internas inútiles; tenemos que aprovechar este momento para resolver tantas deudas pendientes", expresó.
Macri reflexionó que en el país "se vienen dos debates importantes: primero, cuál es el lugar en este momento tan favorable para la Argentina en el mundo, cómo nos vinculamos más y mejor con Brasil, con Chile y después con el resto del mundo y, segundo, cómo convivimos entre los argentinos".
Para el líder político, es imprescindible "encontrar un lugar desde donde podamos discutir las distintas visiones, buscar coincidencias y bajar el nivel de agresión, entendiendo que somos adversarios y no enemigos".
"Lo que tenemos que resolver es la vida a la gente, que la gente viva mejor, viaje mejor, que esté más segura, que tenga un mejor trabajo, que la educación pública mejore para que haya más futuro", enfatizó e insistió en la necesidad de que, entre la dirigencia haya "menor nivel de violencia y