6 abril, 2025

Dividen al kirchnerismo las denuncias que hizo Boudou

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La estrategia de defensa del vicepresidente Amado Boudou en el caso Ciccone, que incluyó denuncias contra sectores internos del Gobierno, desnudó ayer un enfrentamiento en el entorno de la presidenta Cristina Kirchner.
La ministra de Seguridad, Nilda Garré, elogió al juez federal Daniel Rafecas, que instruye la causa que compromete a Boudou. El vicepresidente lo había acusado, el día anterior, de montar una operación ilegal en su contra. Por su parte, el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto -un incondicional de la mandataria-, defendió a Boudou, pero se mostró "sorprendido" por la embestida del vicepresidente contra el procurador general de la Nación, Esteban Righi, otro hombre leal a la Presidenta.
"Por Rafecas tengo mucho respeto", dijo Garré, en una clara diferenciación con Boudou. Sin embargo, el Gobierno promoverá la presentación de una denuncia contra el juez en el Consejo de la Magistratura, aunque el oficialismo no tiene número para destituirlo.
En ese contexto, la agencia estatal Télam reiteró ayer declaraciones en respaldo a Boudou de un grupo de funcionarios: Juan Manuel Abal Medina, Aníbal Fernández, Agustín Rossi y Julián Domínguez, entre otros. Sin embargo, no difundió la defensa de Garré a Rafecas, pese a que publicó sus declaraciones sobre un operativo de drogas. La orden era no dejar solo a Boudou.
Consultado sobre el caso Righi, Mariotto dejó expuesta otra fractura interna. "Esa frase sorprende y estremece: quedamos todos muy sorprendidos". Pero desvinculó a Boudou del caso Ciccone: "Yo por él pongo las manos en el fuego".
Según confiaron a LA NACION fuentes oficiales, Cristina Kirchner impulsó a Boudou a salir anteayer en su defensa para embestir contra Rafecas y la prensa. Pero nadie sabe si ella avaló o no el involucramiento de Righi. Boudou dijo que desde el estudio que fundó el procurador (hoy integrado por su esposa y por su hijo) le ofrecieron en 2009 sus servicios para aceitar las relaciones en los tribunales federales.
"No creo que ella respalde eso", dijo un destacado legislador kirchnerista a LA NACION. Un ministro muy influyente, en cambio, respondió a LA NACION que "nadie lo sabe", aunque no descartó que Righi termine por renunciar si la Presidenta decidiera respaldar a Boudou.
En la plana mayor del Gobierno reinaba ayer un fuerte malestar hacia Boudou por atacar a Rafecas y a Righi: entre los más enojados estarían el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini; el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido; el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada.
Esos funcionarios tienen afinidad ideológica y personal con Righi, uno de los operadores fuertes del kirchnerismo en la Justicia. En esa línea militan también Garré, Mariotto, juristas como León Arslanian y el juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni y los diputados Diana Conti y Carlos Kunkel, entre otros.
Pero hoy Boudou se encolumnó en el bando opuesto, el que comanda el otro gran operador judicial kirchnerista, Javier Fernández, auditor en la Auditoría General de la Nacion (AGN). José María Núñez Carmona, amigo de Boudou y socio de Alejandro Vanderbroele, es patrocinado por el abogado Diego Pirota, del estudio que dirige el ex subsecretario de la SIDE Darío Richarte y un hombre vinculado a Javier Fernández.
Ese sector tiene apoyo en el actual subsecretario de la SIDE, Francisco "Paco" Larcher, que influye tanto en el organismo como el propio jefe, Héctor Icazuriaga.
"Si Boudou se dejó asesorar por Fernández para embestir contra el estudio del Bebe [Righi] no me parece una defensa inteligente. Y no creo que la Presidenta lo convalide", comentó ayer a LA NACION un funcionario allegado al procurador general de la Nación.
Garré llevó la voz cantante de ese profundo descontento. "Por el doctor Rafecas tengo mucho respeto. Me tocó trabajar en algunas causas, como la toma del club Albariño, tuvo un desempeño impecable", dijo la ministra ayer al canal C5N.
Mariotto completó la faena al referirse a Righi. "Es una frase que sorprende y estremece", atinó a decir. "Quedamos todos muy sorprendidos", insistió. "Hay resortes institucionales que tienen que activarse frente a esas manifestaciones", dijo Mariotto a Radio 10.
El mecanismo de remoción del procurador general de la Nación es el juicio político en el Congreso, al igual que para el presidente.
"El caso de Righi es complejo. Tiene prestigio en el peronismo. No irá al Congreso. O Righi aclara todo, o queda todo en el aire, o la Presidenta le pide que se vaya", dijo un ministro.
"Boudou considera que Righi no frenó a Rafecas. Y avisa que si le sueltan la mano, habla", interpretó un alto funcionario oficial..

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