9 abril, 2025

La Solano Lima: Evita sin evitismos

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Cada vez que el kirchnerismo toca alguna fibra sensible de nuestra historia lo hace con fines sectarios. Su genética denota una tremenda capacidad de daño y de provocar divisiones donde existen tenues diferencias. Ahí está el kirchnerismo para profundizar heridas, levantar muros y dinamitar los puentes. Siempre lista su caterva de militantes rentados a los fines de estrechar las mentes libres y de enajenarlas con mitos ideológicos.
Esa constante degradación del pensamiento y de la acción le sirve para descalificar a todos los que disentimos con la mentira organizada que desgobierna la República. Una mentira que se reproduce al calor del dinero público.
Ello no es un argumento para que bajemos la guardia y arriemos las banderas por temor a que nos insulten y difamen como lo hacen cada vez que se dirigen a nosotros. Ellos se creen los dueños de todo, por eso nos acusan de que no tenemos “política”. Claro, no tenemos esa política corrupta de la que se han apropiado. Es decir, que carecemos de los cuantiosos recursos para movilizar gente, llenar estadios, solventar un carísimo merchandising provisto de estandartes, gorritos, remeras, micros, murgas, etcétera. Semejante colorido nos sale muy caro a los argentinos. El kirchnerismo y sus agrupaciones creen que así se hace patria, militancia, revolución. Con la plata ajena. Invocan al padre de la criatura. Él. Los conduce la jefa. Ella. Bajo la mirada del Che y de Evita, dos símbolos de lucha –en veredas divergentes- que han sido mercantilizados y convertidos en artículos de consumo. Un insulto a la memoria de ambos.
En su tarea degradante un sector kirchnerista hace evitismo para erosionar la imagen del General Perón. Construyen otro de los tantos mitos ideológicos, el mito evitista que nunca existió en la realidad de los años 40 y 50. En ese imaginario forzado Evita sería progresista, de izquierda y Perón un conservador, de derecha. ¿Vale la pena explicar tanta ridiculez?
Lo cierto y lo concreto es que jamás Evita hizo política en contra de Perón. Los kirchneristas necesitan de la mentira –como así también de la corrupción- para justificar sus actitudes del presente valiéndose del relato imaginario de un pasado épico, heroico, fantástico, que no les pertenece y del que tampoco son continuidad. Claro que Evita tenía posiciones a veces diferentes a las de Perón. Pero nunca pensó siquiera una posibilidad remota de hacer evitismo para oponerse o negar al peronismo y a la figura del fundador y conductor.
¿Alguien imagina a Evita enriqueciéndose ilícitamente, explotando hoteles cinco estrellas de su propiedad, multiplicando su patrimonio desde el poder? ¿Alguien imagina una Evita millonaria presentando declaraciones juradas truchas, titular de abultadas cuentas en el exterior con plata proveniente de negociados en tiempos dictatoriales o democráticos? ¿Por qué entonces los kirchneristas ultrajan su legado haciendo todo lo contrario a lo que Evita pregonó hasta el sacrificio? ¿Hasta dónde llega el caradurismo, la impudicia y la obscenidad de estos personajes menores que usurpan el lugar de los más grandes del peronismo? ¡Y todavía se dan el lujo de señalar con el dedo a los que repudiamos su impostura!
Nosotros rescatamos la personalidad combativa de Evita que trasciende las fronteras partidarias y se erige en símbolo de una causa de dignidad humana y justicia social. Nada de connotaciones clasistas ni tampoco de lealtades a pretendidas parcelas de un movimiento colonizado por una banda de oportunistas y codiciosos.
A Evita se la toma íntegra o se la deja. Tergiversar su mensaje, su trayectoria, para seducir a los incautos es una tarea deleznable que rechazamos enérgicamente cada vez que vemos y oímos a los kirchneristas facciosos que hacen de su nombre una bandera de división, de agravio y de discordia.
Nadie sabe qué hubiera hecho Evita de no haber fallecido tan joven. La política en serio descarta el mito ideológico al que son adictos los populismos de todos los tiempos. Por eso, reescribir la historia para ponerla a los pies de una banda de facinerosos es una labor impropia de quienes deberían respetar los hechos tal como sucedieron. Y si el acceso a fuentes creíbles les resulta imposible, el silencio es el camino sincero a recorrer antes que el invento y la mendacidad del relato oficial.
Una Evita sin evitismos recibe nuestro afectuoso homenaje al cumplirse un nuevo aniversario de su nacimiento, por su tarea ejemplar a favor de la Patria, de los trabajadores y de los humildes. La causa permanente de Perón y de su pueblo.
Tanto en la vida como en la muerte, Evita sigue siendo peronista. Sin aditamentos. Entera. Eterna.
LA SOLANO LIMA
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 7 de mayo de 2012.

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