De Vido se quiere ir, pero Cristina no lo deja
Las últimas crisis de energía y de transporte dejaron demasiado herido al otrora poderoso ministro de Planificación, Julio De Vido, quien sufrió la furibunda embestida del ala más fundamentalista que rodea a Cristina Kirchner y padeció severos recortes en su cartera. Está cada vez más incómodo en el Gobierno y algunos aseguran que ha vuelto a considerar la posibilidad de renunciar, algo que la Presidenta hasta ahora impidió.
El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno; el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini; y la agrupación juvenil La Cámpora, que conduce Máximo Kirchner, pero responde a ciegas a Cristina, son rivales internos declarados de De Vido.
Ese sector lo responsabiliza de los problemas en materia de energía y de transportes -que tuvo a la tragedia de Once como expresión más dolorosa-, que pusieron al desnudo gastos astronómicos por importaciones y subsidios improductivos. Hasta la crisis cambiaria le atribuyen a quien muchos definen como el "último nestorista".
Sólo la Presidente impidió hasta ahora que De Vido se alejara del Gobierno luego de que éste le presentara dos veces su renuncia -una a fines de 2011 y la última hace un mes-. Ella lo retuvo.
Pero Cristina Kirchner le quitó el miércoles último a Planificación la Secretaría de Transporte , encabezada por Alejandro Ramos, y se la pasó al ministro del Interior, Florencio Randazzo. Fue un golpe fulminante para De Vido, quien ya había perdido influencia en su propia Secretaría de Energía, que conduce Daniel Cameron: el manejo de YPF es del viceministro de Economía, Axel Kicillof.
"De Vido está deprimido, cansado y con ganas de irse", dicen diversas voces de la Casa Rosada. Sólo controla las secretarías de Obras Públicas -en época de obras paralizadas por falta de fondos-, de Comunicaciones y de Minería.
Retrocesos continuos
Hace un mes, La Cámpora le había arrebatado a De Vido el control de Cammesa -administradora mixta del mercado de energía eléctrica-, donde puso como gerente general a Juan Manuel Abud, leal a Kiciloff, en lugar de Luis Beuret, de De Vido.
En la petrolera estatal Enarsa, Juan José Carbajales, un camporista, ascendió a vicepresidente para condicionar al presidente devidista, Exequiel Espinoza, quien había asumido allí en 2003 desde que se fundó Enarsa por impulso de De Vido y del ex presidente Néstor Kirchner.
En el Correo Argentino, Juan Carlos Tristán, otro camporista, asumió el año último como director en lugar de Néstor Di Pierro, de De Vido.
Desde 2009, La Cámpora le había arrebatado a De Vido el manejo de Aerolíneas (con Mariano Recalde) y poco después el de los órganos reguladores de aeropuertos, Orsna (comandado por Manuel Baladrón), y de aviación civil, ANAC (a cargo de Alejandro Granados hijo).
"La Cámpora está hasta en los cargos medios del ministerio y De Vido está harto", agregan en el ministerio. La saturación alcanza también al subsecretario de Coordinación, Roberto Baratta, deslizan.
Consultados por LA NACION dos veces en la última semana, los voceros de Planificación nunca respondieron a la pregunta de si De Vido evalúa su renuncia. Pero desde el kirchnerismo dejan trascender que en ese caso podría iniciar un derrotero de causas judiciales como sus ex secretarios Ricardo Jaime, Claudio Uberti y Juan Pablo Schiavi.
"De Vido se quiere ir hace mucho tiempo, pero es Cristina la que no quiere dejarlo ir", confió a LA NACION un interlocutor de ambos. ¿Es posible que De Vido quede fuera del kirchnerismo del cual es un emblema? "Es que para Julio ya no hay kirchnerismo", confió un miembro de la denominada "pingüinera", el antiguo entorno de Kirchner.
"De Vido es como de la familia de la doctora, pero ella siempre se apoyó más en Zannini y ahora en Moreno y La Cámpora, adversarios de Julio", explicaron en la Casa Rosada. De Vido culpa a este sector de abandonar el modelo económico de Kirchner, de equilibrio fiscal. Pero ellos le apuntan a él por la suba del gasto.
El ministro de Planificación controla un presupuesto de 71.648 millones de pesos para 2012, gran parte en subsidios, pero en los cuales en los nuevos tiempos tienen injerencia Moreno (importaciones de energía) y Randazzo (Transporte). Ya la caja kirchnerista no es lo que era..