Cadena nacional de la inocencia le valga vs. Cadena nacional del desánimo
Habían pasado largas jornadas con durísimas horas de la tragedia en Plaza Once, con sus muertos y heridos, para que hiciera su reaparición pública Cristina Fernández de Kirchner, en Rosario, Santa Fe, el 27/02/2012.
Cuando se encontraba en el uso de la palabra la alcalde de Rosario, la socialista Mónica Fein, en ocasión de celebrarse el bicentenario del 1er. izamiento de la bandera nacional, una cámara de la televisión no oficial mostró a Cristina diciendo más de una vez a la multitud allí reunida: “Vamos por todo”.
No era nuevo ese grito solapado del estado permanente de guerra que vivieron Cristina y Néstor, y continúa ella, juntos y separados -por las leyes de la vida-, contra todos aquellos que discrepan con sus ideas. En la práctica, el mejor ejemplo es el balance de la gestión que la pareja llevó a cabo en la provincia de Santa Cruz y en los largos 9 años que llevan al frente del Ejecutivo nacional.
Cristina, y Néstor en vida, han considerado lo público como propio. Ellos manejan desde el dinero público, con que arrodillan a los funcionarios más diversos, empresarios y hasta una porción del propio pueblo; hasta ambicionan el manejo discrecional de la realidad a fuerza de un relato tergiversado.
Sin partidos políticos unidos y/o fuertes,
Con altísimos niveles de corrupción,
Avasallando los otros poderes del Estado,
Con evidente impunidad,
Con el viento a favor de los precios más altos en la historia de los commodities sumadas a las exportaciones automotrices Brasil;
Con voraz apetito fiscal,
Con la implementación de subsidios de todo tipo que permiten manipular el voto popular,
Con movimientos sociales promovidos y mantenidos desde del poder;
Con una publicidad oficial, muchas veces mentirosa, que linda con lo obsceno,
Con el uso casi diario de los medios de comunicación para difundir la palabra presidencial,
Con un promovido -desde la Rosada- enfrentamiento social pocas veces visto,
Aniquilando el orden público que permite reglas elementales de convivencia,
Con un manejo arbitrario de las partidas presupuestarias obstaculizando el control de las mismas;
Subsidiando desde tarifas públicas hasta a los clubes de fútbol…
El gobierno de Cristina y Néstor iba, necesariamente, a pretender, al igual que destruyó las Fuerzas Armadas y distorsionó a las de seguridad, reducir a su mínima expresión a los medios de comunicación y periodistas críticos, tal como lo hicieron los Castro Ruz en Cuba y Hugo Chávez en Venezuela, y lo intenta Rafael Correa en Ecuador.
No es extraño que, en forma sistemática y sostenido con fondos públicos, se haya organizado un monopolio estatal de la información, integrado por los medios del Estado + los medios de los amigos del poder + los medios de los que fueron sometidos, todo con el dinero de la pauta publicitaria gubernamental.