Alak denunció a los caceroleros de Moreno pero se quedó sin juez
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Compacto Político). “Que se metan la cacerola en el orto”, espetó el Secretario de Comercio, Guillermo Moreno, en un acto político, molesto por el cacerolazo en la puerta de su casa. Con otro temple que el de su compañero, el ministro de Justicia de la Nación, Julio Alak, prefirió denunciar penalmente a los "caceroleros" que anoche protestaron frente al edificio en que vive el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, en el barrio porteño de Constitución, "contra la prepotencia y maltrato a mujeres y ciudadanos" de parte del funcionario.
Según afirma la agencia DyN, la denuncia recayó en el juzgado federal de Norberto Oyarbide, quien de inmediato se apartó de la denuncia, que ahora irá de nuevo a la Cámara Federal para que sea sorteada otra vez.
La actitud del juez fue casi un acto reflejo: días atrás, rechazó la causa originada por la denuncia de la despachante de Aduana Paula de Conto contra Moreno por maltratos y amenazas. En esa oportunidad, el juez había sido designado para investigar la acusación de De Conto, pero luego de un cacerolazo frente a su casa, anunció su alejamiento.
Amenazas. De acuerdo con lo explicado por el Ministerio, Guillermo Moreno "es víctima de amenazas de muerte con tono mafioso e instigación a la violencia". Las amenazas provendrían "de un grupo organizado de personas que, a través de Internet, están difundiendo un afiche digital que incluye la figura del funcionario en un féretro, con una herida de bala en la frente".
