10 abril, 2025

Reestructuraciones en la cúpula del poder macrista

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CIUDAD DE BUENOS AIRES (Compacto Político). Nadie se anima a arriesgar si es por conveniencia, por convicción o por una mezcla de ambas. Pero en las últimas semanas terminaron de cuajar una serie de reestructuraciones en la cúpula del poder macrista que volvieron a poner en valor a Marcos Peña, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal como integrantes de una triada esencial en el círculo rojo de Mauricio Macri.
La explicación menos conspirativa está vinculada a la transición entre el esquema de gestión de la ciudad de Buenos Aires y el desembarco en la Casa Rosada y en La Plata. "Después de un año y medio entendimos donde está el baño y quién sirve el café", suele aclarar con humor Vidal entre sus íntimos. El otro argumento está vinculado al estilo de conducción radial de Macri, que difiere al del jefe de Gobierno porteño y al de la gobernadora bonaerense. "El PRO a veces funciona como una mueblería: hay muchas mesas", grafica entre risas uno de los dirigentes más encumbrados del entorno presidencial que tiene acceso irrestricto a Olivos.
Hasta estos últimos meses, el entorno de Macri discutió con vehemencia y operaciones cruzadas, en público y en privado, la rivalidad entre la política y la comunicación en medio de un proceso de desembarco en la cúspide del poder real de la Argentina que obligó a desarmar el esquema de toma de decisiones que el Presidente había liderado durante su paso por la Ciudad. Y que mutó en su llegada a la Casa Rosada en un estilo de conducción mucho más verticalista con un protagonista crucial como el jefe de Gabinete.
Rogelio Frigerio y Emilio Monzó, exponentes principales del ala política del PRO, recién terminaron de comprender el fenómeno Peña y su importancia en el esquema de poder de Macri cuando el funcionario obligó a renunciar a Alfonso Prat-Gay, en los últimos días del año pasado. Hace dos semanas, el ex ministro volvió a Olivos pero no para verlo al Presidente: almorzó con el jefe de Gabinete en medio de versiones de su vuelta al elenco estable del oficialismo.
"Marcos para mí ha sido siempre el elemento central. Y cuando todo el mundo entra a dudar, yo digo que el tipo más especialista es Marcos. Es el tipo más importante. El cerebro que ha tenido el PRO y el que puede hacerse cargo de contener a todos los que, presionados por el círculo rojo, enseguida quieren hacer lo que el círculo rojo pretende. El tipo se sostiene, ¿entendés? Marcos es la persona que más veces me hace cambiar de opinión. He demostrado que soy un tipo que escucho a todos y que no me molesta cambiar de opinión. Pero Marcos es mi máximo verdugo, porque más de la mitad de las cosas que pienso, cuando lo escucho a él, las cambio. Desde el sentido común llego a la conclusión de que es más inteligente lo que él dice que lo que yo digo. Tan simple como eso", define Macri a Peña, según escribió la periodista Laura Di Marco en su último libro.
Las reestructuraciones en el entorno del jefe de Estado incluyeron, por ejemplo, un almuerzo de reconciliación entre Peña y Monzó en las últimas semanas, revelado por el diario Perfil, una foto de ambos en Mendoza el fin de semana pasada y la imagen de Monzó ayer, sentado al lado de Macri, en la escala en los Emiratos Árabes antes de desembarcar en China.
La tregua sellada por Peña y el titular de la Cámara de Diputados fue producto, en gran medida, de la intermediación de Rodríguez Larreta, que volvió a convertirse en las últimas semanas en un actor central de la mesa chica de Olivos. El jefe de Gobierno porteño no solo fue el garante de esa reconciliación, forzada además por la cercanía de la campaña electoral: también funciona como garantía del acuerdo implícito en la provincia de Buenos Aires entre Vidal y Sergio Massa, plasmado en la Legislatura bonaerense. Y volvió a limar a Martín Lousteau en la última semana con el acercamiento de Graciela Ocaña a la Casa Rosada. El ex embajador en Washington se reunió con la "hormiguita" apenas volvió a la Argentina y tras su renuncia a la embajada. La legisladora y Vidal acordaron almorzar la semana entrante.
Los acomodamientos en la cima del poder macrista echaron por tierra en las últimas semanas las versiones en torno al futuro de Monzó. "El líder de Emilio es Mauricio. Pero entendió el rol de Marcos", explican a su lado. Los rumores en torno a un eventual portazo del diputado, que tuvieron eco tras sus críticas públicas al estilo de conducción de Macri -maquilladas tras la figura de Jaime Durán Barba-, perdieron fuerza. "Es no conocerlo a Emilio", abundan en su entorno.
Es que a Monzó le fascina la rebeldía. Con Florencio Randazzo se peleó en el 2009, en pleno conflicto con el campo, y hasta le costó más de un año de distanciamiento con su hermana, que ahora trabaja en el Ministerio del Interior de Frigerio pero que revistó en las filas del randazzismo hasta diciembre del 2015. Monzó y Randazzo volvieron a verse ese mes, en la transición presidencial: el diputado había ido a acompañar a Guillermo Dietrich. Se fue de Casa Rosada espantado con el entorno del ex ministro. Con Massa, por ejemplo, tiene una relación estratégica, pero se desprecian. El titular de la Cámara baja está convencido de que Randazzo no va a ser candidato.
La vuelta de Peña, Rodríguez Larreta y Vidal como tridente fundamental en la mesa chica de Macri volvió a revalorizar la figura de la gobernadora, que sin embargo mantiene más diferencias con el jefe de Gabinete de las que trascienden. Pero la inmediatez de las elecciones los amalgamó. En vísperas de una campaña que en el entorno de la gobernadora vislumbran dura.
No solo por la riña electoral con el kirchnerismo, sino por el enfrentamiento al sistema mafioso de la provincia de Buenos Aires. "Siento que al sistema bonaerense le achicamos la cancha. Sigue estando, pero tiene otro margen de maniobra. Si perdemos las elecciones, a la que se le va a achicar la cancha es a mí", advirtió Vidal a sus colaboradores, según trascendió de su entorno. La salida acordada de Pablo Bressi como jefe de la Policía bonaerense va en esa línea: "Fabián Perroni (su flamante reemplazo) nunca tranzó con (Hugo) Matzkin", explican allegados a la gobernadora, que habla y chatea a diario con el Presidente. Hasta hace un tiempo, se encontraban todos los domingos a la quinta familiar de los Macri.
La reestructuración del macrismo incluiría en las próximas semanas el desembarco de Jorge Macri en el gabinete como una manera de saldar la deuda por la fallida candidatura del intendente en estas elecciones y por la del 2015, cuando le dejó su lugar a Vidal. Al primo del Presidente solo le interesa ser gobernador: podrían crearle una estructura bajo la órbita de Peña como nexo con los intendentes. La primera versión daba cuenta de un lugar dentro del Ministerio del Interior en reemplazo del viceministro García de Luca, un virtual enroque ya desactivado. García de Luca está abocado al armado territorial, responde a Monzó y a Frigerio pero trabó un buen vínculo con el jefe de Gabinete.
Los movimientos alrededor de Macri incluyen además a asesores privilegiados por fuera de la función pública. Como Enrique Nosiglia, distanciado ahora del Presidente: es uno de los principales promotores de la candidatura de Lousteau. O Carlos Grosso, cada vez más metido en la estrategia de campaña. Grosso tiene enorme influencia, por ejemplo, en el Ministerio de Medio Ambiente. El ex intendente porteño llama "Rabi" al ministro Sergio Bergman.

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