9 abril, 2025

El papa Francisco habló de la eutanasia

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CIUDAD DE BUENOS AIRES (Compacto Político). El Papa reiteró hoy el "no" de la Iglesia católica a la eutanasia, pero subrayó que el ensañamiento terapéutico tampoco está bien porque no corresponden con "el bien integral de la persona" y recordó que "es moralmente lícito suspender los tratamientos si son desproporcionados".
Francisco tocó esta delicada cuestión -en pleno debate en muchos países-, en un mensaje dirigido al Encuentro Regional Europeo de la "World Medical Association" sobre las cuestiones del "fin de la vida", que se desarrolla entre hoy y mañana en el Vaticano.
Luego de subrayar la gran evolución que ha tenido en los últimos años la medicina, al punto que "hoy es posible extender la vida en condiciones que en el pasado ni siquiera podían imaginarse", el Papa advirtió que "las intervenciones sobre el cuerpo humano son cada vez más eficaces, pero no siempre son resolutivas: pueden sostener funciones biológicas que se volvieron insuficientes, o hasta sustituirlas, pero esto no equivale a promover la salud".
"Es necesario un suplemento de sabiduría porque hoy es más insidiosa la tentación de insistir con tratamientos que producen potentes efectos en el cuerpo, pero no benefician al bien integral de la persona", dijo.
Evocó luego un discurso de hace 60 años de Pío XII que afirmó que "no siempre es obligatorio emplear todos los medios terapéuticos potencialmente disponibles y que, en caso determinados, es lícito abstenerse". Recordó asimismo una declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 1980 que indica que "es moralmente lícito renunciar a la aplicación de medios terapéuticos, o suspenderlos, cuando su empleo" no es proporcional a los tratamientos". Y subrayó que, al respecto, el Catecismo de la Iglesia Católica sostiene que "no se quiere así procurar la muerte: se acepta que no puede impedirse".
"No activar medios desproporcionados o suspender su uso equivale a evitar el ensañamiento terapéutico, es decir, una acción que tiene un significado ético completamente distinto de la eutanasia, que sigue siendo siempre ilícita porque se propone interrumpir la vida, procurando la muerte", afirmó Francisco.
Tras destacar que en cuestiones tan delicadas no puede aplicarse en modo mecánico "una regla general", el Papa llamó a un "atento discernimiento" de cada caso concreto y a darle un "espacio adecuado a la dignidad del ser humano". "En este camino la persona enferma desempeña el rol principal" y "las decisiones deben ser tomadas por el paciente, si tiene la competencia y la capacidad", indicó.
Gran repercusión
Aunque confirmó la doctrina católica sobre este delicadísimo tema, las palabras del Papa tuvieron gran repercusión en Italia, donde está prohibida la eutanasia, se discute hace años la necesidad de un testamento biológico y donde en los últimos años hubo casos de personas en condiciones desesperadas que tuvieron que irse a Suiza para poder morir, generando fuertes polémicas.
De hecho Marco Capppato, referente de una asociación que lucha por la eutanasia legal, aplaudió lo que consideró una "importante apertura del Pontífice al tema de la suspensión de los tratamientos". "Consideramos que no hay diferencia moral entre permitirle a un enfermo terminal que suspenda terapias vitales, o a través de una intervención activa que permita acortar su propia agonía. La única persona que puede decidir cuál es el momento en el que los tratamientos deben ser abandonados es el propio enfermo", indicó, en un comunicado.

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