Crece el problema financiero provincial
Mientras el gobierno nacional se jacta de que en 2012 recuperará el superávit fiscal, las provincias afrontan la peor de sus perspectivas: no sólo acarrean un creciente déficit -este año alcanzaría un consolidado de 9300 millones de pesos-, sino que, además, deberán regularizar en 2012 el pago de sus abultadas deudas con la Nación: a fines de año vence la tregua que habían sellado en 2010.
Según la consultora Economía y Regiones, las provincias necesitarán 27.000 millones de pesos el año próximo para cubrir la totalidad de sus pasivos. Esta situación, que combina endeudamiento y déficit, inquieta a varios gobernadores, que ya empezaron a reclamar, por medio de sus legisladores, que la Nación prorrogue el período de gracia para el pago de sus compromisos.
Por ahora, el Gobierno no dio señales en ese sentido. Sólo prometió, como salvavidas, una asistencia de casi 15.000 millones de pesos, prevista en el presupuesto 2012, que se debate en estos días en la Cámara de Diputados. Sin embargo, esta ayuda permitirá cubrir apenas el 50 por ciento de las necesidades financieras.
La oposición ya encendió las alarmas: de persistir esta situación de ahogo fiscal, los gobernadores no tendrán otra alternativa que someterse a la voluntad de la Casa Rosada y canjear sus favores por lealtad política, sostiene. La luna de miel entre la Nación y las provincias tocará su fin pronto, en enero del año próximo, cuando venza el período de gracia del programa de desendeudamiento que lanzó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en mayo de 2010 para aliviar la situación financiera de las provincias.
Ese programa estableció que, durante un año y medio, los gobernadores quedaban liberados de afrontar sus pasivos con la Nación, que, por ese entonces, rondaban los 75.000 millones de pesos.
La medida presidencial contempló, además, una reducción de parte de las deudas provinciales a través de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), que acumuló la Casa Rosada hasta 2009 por 9808 millones de pesos. Una vez efectuada esa quita, la Casa Rosada reprogramaba el resto de la deuda de cada provincia con vencimiento en 2030, a una tasa fija del 6 por ciento anual.
Este programa de desendeudamiento provincial no fue un acto de puro altruismo del Gobierno. Por aquellos meses de 2010, el Congreso estaba a punto de aprobar una ley similar, pero la Presidenta se le adelantó.
Los gobernadores aplaudieron la medida a rabiar, ya que gracias a ella podían afrontar los meses clave de campaña electoral con más fondos en sus bolsillos y menos presión para afrontar sus deudas con la Nación. Este 2011 fue récord en reelecciones y festejos para los oficialismos provinciales.
Pero con la tregua a punto de finalizar, los gobernadores chocan otra vez con la realidad de sus menguadas arcas provinciales y, para peor, con un contexto internacional complicadísimo, que poco y nada podría ayudarlos a la hora de buscar financiamiento.
"La variable clave de 2012 para las finanzas públicas provinciales será el financiamiento de su deuda, no sólo porque 17 provincias que firmaron el programa de desendeudamiento volverán a afrontar sus vencimientos con la Nación, sino también por las mayores dificultades para financiarlos, tanto por causas internas -una menor holgura financiera del gobierno central para refinanciar vencimientos y la suba de tasas de interés, que aumenta el costo del financiamiento vía letras y préstamos bancarios- como externas, generadas por las turbulencias financieras en Europa y Estados Unidos", advierte la consultora Economía y Regiones en su informe.
Ante lo inquietante de su situación, algunos gobernadores comenzaron, tímidamente, a acercar sus planteos a la Casa Rosada.
La semana pasada, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, se reunió con la Presidenta para solicitar financiamiento para su provincia, aquejada por un fuerte déficit y endeudamiento. Scioli presentó en la Legislatura un presupuesto con un fuerte aumento impositivo; igual camino debió adoptar el cordobés José Manuel de la Sota, que inaugurará su nueva gestión con un aumento del 40 por ciento del impuesto inmobiliario provincial.
El cordobés, quien había insinuado un perfil crítico y autónomo del kirchnerismo, rápidamente decidió agachar la cabeza ante lo delicado de las finanzas provinciales. Señal de eso es el alineamiento total de sus diputados nacionales con el oficialismo.
Fuerte déficit
Tanto Córdoba como Santa Fe, al igual que otras 11 jurisdicciones, afrontan, como problema adicional, un fuerte déficit en sus cajas previsionales, que les fueron transferidas por la Nación.
Si bien suscribieron sendos convenios con el Poder Ejecutivo para recibir los fondos respectivos, lo cierto es que están atados de pies y manos a la voluntad de la Casa Rosada. Por caso, Córdoba, con un pasivo de 1600 millones de pesos, no recibió un solo peso el año pasado por este concepto. Ayer, el gobernador saliente, Juan Schiaretti, volvió a reclamar ese dinero y alertó sobre que podría haber "serias complicaciones" en su provincia.
El diputado delasotista Francisco Fortuna propuso que en el presupuesto 2012 se incorpore una cláusula para que esa transferencia de recursos, que corresponden a las provincias, sea automática.
Si bien su iniciativa fue avalada por otros 30 legisladores, el gobierno nacional se mantiene indiferente: una señal de que no tiene especial interés en romper la relación de dependencia con la que mantiene disciplinadas a las provincias, en especial a aquellos gobernadores que podrían atreverse a desafiar su poder.
LOS PROBLEMAS
Daniel Scioli
Gobernador de Buenos Aires
La provincia de Buenos Aires convive con la amenaza del rojo fiscal. Su deuda con el Estado nacional supera los 20.000 millones de pesos. Scioli se prepara para un año difícil. Habrá aumento de impuestos y pedidos a la Casa Rosada.
José Manuel de la Sota
Gdor. electo de Córdoba
Su provincia reclama una deuda de 1400 millones de pesos con la caja jubilatoria. El gobernador saliente, Juan Schiaretti, volvió ayer a pedir una solución urgente. Córdoba está amenazada por el déficit, según reconocen sus propios funcionarios.
Sergio Urribarri
Gobernador de Entre Ríos
Es uno de los gobernadores kirchneristas de mejor trato con la Presidente. Su provincia, de todos modos, será una de las más afectadas por el fin del período de gracia de la deuda con la Nación. Debe más de 3000 millones de pesos.
Gildo Insfran
Gobernador de Formosa
La provincia marcha tercera a respecto de la deuda con el Estado nacional, con casi 3500 millones de pesos. Pero Insfrán empieza un quinto período como gobernador con la esperanza de mantener la altísima afluencia de fondos de ayuda..