9 abril, 2025

Las internas paralizan al Gobierno

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Lo dicen todos: la presidenta Cristina Fernández tiene en la cabeza el próximo gabinete. Pero no lo suelta. Desde la muerte de Néstor Kirchner, el hermetismo se convirtió en su método preferido para conservar el poder. “La información es poder, y ella lo sabe”, confió a PERFIL esta semana un ministro, que no tiene certeza de si continuará o no en su puesto.
En este escenario, el silencio de la Presidenta genera incertidumbre y problemas en la toma de decisiones. Además de una parálisis en la mayoría de las áreas. Desde el viernes está recluida en Santa Cruz con su hijo Máximo, quizás la única persona a la que le confía los pasos que dará en las próximas semanas.
El problema es que esta vez el contexto es desfavorable para el Gobierno por el pánico que generó en algunos ahorristas y entre los empresarios la decisión de controlar la compra de dólares a través de la AFIP. En una semana crucial, el Gobierno apareció sin rumbo y plagado de internas.
Estas internas se producen por dos motivos: viejas diferencias en el equipo económico del gabinete y la necesidad de debilitarse mutuamente para ver quién gana la batalla y queda mejor parado ante la mirada presidencial.
“No se sabe nada”, es la frase que más se escucha en la Casa Rosada desde que el oficialismo ganó las elecciones con el 54% de los votos. Las versiones y operaciones sobran. Pero la realidad se conocerá cuando de su boca salgan los nombres de quienes integrarán el equipo del segundo mandato. Una fuente oficial confió a PERFIL que podría hacerlo durante un acto, el 30 de noviembre.
Un ex funcionario con llegada al riñón del kirchnerismo advirtió a este diario que ni el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, conoce en profundidad los cambios que tiene en mente la jefa de Estado. El mismo método utilizó para la designación de su candidato a vicepresidente a mitad de año.
Las internas tuvieron esta semana un epicentro vital: el que gira en torno de la decisión de controlar la compra de dólares. “Amado fue y le ofreció a la Presidenta comprar de un tirón 500 millones de dólares con reservas del Central para demostrarle poder al mercado. (Mercedes) Marcó del Pont, Ricardo Echegaray y Guillermo Moreno llevaron otras ideas. Terminó desestimando la iniciativa de Boudou”, explicó a este diario otro ministro a PERFIL.
La misma fuente añadió que la Presidenta reprendió a Boudou por echarle la culpa a Marcó del Pont de la crisis del dólar y por diferenciarse. “Boudou se reunió esta semana con tres empresarios para aclararles que él no había sido el responsable de tomar esa medida. Y eso trascendió”, agregó la fuente. Boudou arma poder en tándem con Diego Bossio, titular de Anses. Curiosamente, desde ese tándem ayer desestimaron un rumor que perjudicaba a Marcó del Pont. Quizás la reprimenda haya surtido efecto.
También trascendió que Cristina habló con Boudou y con Del Pont para decirles que frenaran las embestidas por el tema del dólar y no alentaran más la incertidumbre cambiaria.
El canciller. Aunque tiene decidido quién será el canciller, la Presidenta empezó esta semana a “bajar” a los candidatos que circulaban en los medios para ocupar el puesto. Primero designó a Luis Klecker como embajador en Brasil y luego a Jorge Argüello en Estados Unidos. El único que aún queda en pie es Carlos Bettini.
“Si siguen poniendo que Héctor Timerman se va, lo más probable es que quede”, dijo medio en serio medio en broma un ex funcionario de la Cancillería a este diario. Otro graficó: “Timerman fue uno de los que se jugó en la pelea contra Clarín, no lo va a sacrificar así porque sí. En todo caso si lo saca le da otro lugar importante”.
Se cree que algunos ministros seguirán en sus cargos o al menos dentro del gabinete. Es el caso de Nilda Garré, Débora Giorgi, Florencio Randazzo y Julio De Vido. Hay secretarios o ejecutivos de alto rango de los que se piensa lo mismo, como Juan Manuel Abal Medina y Diego Bossio.
El único que, hasta ahora, repartió por todos lados que se va es Guillermo Moreno, el secretario de Comercio Interior. Y es el que más altas chances tiene de quedarse. No se sabe qué será de la suerte de José López, el secretario de Obras Públicas, que quedó salpicado por el escándalo de Schoklender.
Dicen que eso desgastó más la relación que tenía con Cristina. “La Presidenta bajó un mensaje fuerte de que será implacable con la corrupción”, reconoció un alto funcionario a PERFIL. Echegaray suena para Economía pero nadie sabe a ciencia cierta si es él mismo el que hace circular el rumor o si realmente CFK piensa en él para el cargo. Es cierto que también fue otro de los que puso su pellejo en la batalla contra Clarín, que la Presidenta considera crucial.
El panorama es incierto. Boudou no sabe qué rol tendrá como vicepresidente. Se perfila como uno de los posibles sucesores para 2015, o al menos eso pretende, pero habrá que ver si CFK le deja ostentar un papel político activo además de los menesteres legislativos.
La sucesión de Boudou es otra de las intrigas: se postulan Echegaray, Lorenzino –promovido por Boudou– y Juan Carlos Fábrega. Al Ministerio de Asuntos Agrarios podría ir Oscar Solís, segundo de Julián Domínguez, o Ariel Franetovich, hombre de Florencio Randazzo.

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