28 marzo, 2024

Gritó pidiendo ayuda, una vecina la escuchó y pudo escapar de una larga historia de violencia

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Compacto Político).  Un brasileño mantuvo encerradas a su pareja y una pequeña hija durante dos semanas en una vivienda de Oberá. La mujer aprovechó un descuido del hombre y pidió ayuda a una vecina, que se encargó de alertar a la Policía.

La denuncia dejó al descubierto una larga historia de malos tratos, amenazas y violencia que sufrían la mujer de 29 años y sus cinco hijas, cuatro de las cuales estaban al cuidado de una tía desde fines de enero.

El violento resultó ser Abel Antúnez, quien refirió ser brasileño, de 53 años, aunque no contaba con documentación ni registra ingreso legal al país. El acusado quedó detenido a disposición del juez de Instrucción Horacio Alarcón, quien ahora tramita una causa judicial que lo podría llevar a la cárcel por largo tiempo, ya que se le imputa el delito de privación ilegítima de la libertad, además de violencia familiar.Un cuadro de varicela de su hija de ocho meses fue lo que llevó a la víctima a vencer el temor a su pareja y pedir ayuda a su vecina. Es que el hombre no la dejaba salir ni siquiera para que lleve a la beba al hospital para recibir atención médica.

Cuando la Policía llegó a la vivienda, en el Barrio Nuevo, el hombre salió al encuentro de los agentes y negó cualquier situación de violencia. Incluso intentó resistirse cuando los policías de la Seccional Tercera y de la Comisaría de la Mujer le pidieron ingresar en la casa para constatar si efectivamente la mujer no estaba allí contra su voluntad.

El brasileño, que tenía antecedentes pero sólo por hechos contravencionales, quedó esposado. La mujer con su beba fueron liberadas. Ambas fueron llevadas al Hospital Samic, donde recibieron atención médica ambulatoria y retornaron a su domicilio.

Con la debida contención, la víctima radicó una denuncia y una de sus hermanas confirmó que toda la familia era sometida a malos tratos por hombre. A tal punto llegó la situación que las cuatro hijas mayores de la mujer -tienen entre cinco y trece años- habían ido a vivir con su tía hace dos semanas, apenas unas horas antes que su madre fuera encerrada.

La hermana contó que decidió hacerse cargo de las menores al advertir que estaban muy descuidadas y eran víctimas de malos tratos por parte del hombre.

Fuente: Clarín 

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