Justicia secuestra auto importado atribuido a Jaime
El juez Norberto Oyarbide secuestró un auto Honda Legend que, se sospecha, es de Ricardo Jaime. El secuestro se produjo de una manera un tanto extraña. La concesionaria Honda Chetta S.A se presentó en el juzgado donde se investiga el enriquecimiento ilícito de para decir que habían leído en Clarín en abril pasado que el auto tenía orden de captura. Y mediante un escrito aseguraron que el auto buscado por la policía había sido dejado hace meses en el taller de la concesionaria.
Es curiosa la situación, porque el auto fue comprado en Chetta por un ciudadano paraguayo llamado Pedro Agustín Román Martínez pero la reserva había sido hecha por Silvia Reyss, pareja de Jaime, en marzo de 2009. El que figura como dueño es un humilde trabajador de una playa de estacionamiento, que no ha podido ser hallado por la Justicia.
La Justicia llegó hasta Reyss porque una empleada de Chetta aseguró que había sido la mujer del ex secretario de Estado quien había hecho la reserva. Por el Honda Legend patente HGV 770 se pagaron $244.000 en marzo de 2009 cuando Jaime aún era secretario de Transporte de Cristina Kirchner. Lo inscribieron a nombre de Martínez y fijaron domicilio en Bolívar 321, una casa humilde de San Telmo.
El auto fue vendido por la agencia Honda Chetta, que señaló que efectivamente se le facturó el auto a Román Martínez pero quien había reservado el auto el 12 de marzo de 2009 fue Silvia Reyss. La última pareja de Jaime abonó 2 mil dólares de adelanto y los restantes 65 mil se pagaron el 23 de marzo, mediante un depósito realizado en la cuenta de la concesionaria en el Banco Galicia. Según fuentes judiciales, un día antes de que se realizara el pago total del auto, una mujer llamada Marcela Bechi envió una nota a Chetta para que el Honda se facturara a nombre de Román Martínez.
La justicia se enteró de la existencia de este auto por la denuncia realizada por el diputado de la Coalición Cívica Juan Carlos Morán. El fiscal Carlos Rívolo quiere saber si Román Martínez tenía registro de conducir, porque se sospecha que el supuesto dueño del auto ni siquiera sabe manejar. El auto quedó secuestrado en la División Sustracción de Automotores de la Policía Federal.