Abuso sexual a detenidas y droga en la comisaría: la historia de un policía que atropelló y mató a un hombre pero quedó libre

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Compacto Político). Quiero ver a mi papa, déjenme pasar por favor, tengo que verlo”.
El 15 de enero pasado en el barrio Loma Porá de Posadas, provincia de Misiones, el hijo de Alberto Rafael Ferreyra, un changarín de 48 años, intentó cruzar el vallado policial alrededor del cuerpo de su padre, que minutos antes había sido atropellado por una camioneta Amarok conducida por el sargento Juan Merelle, miembro de la fuerza provincial, que huyó del lugar.
El policía fue atrapado a los pocos días y se comprobó que estaba borracho al momento del hecho. Sin embargo, en las últimas horas, y a menos de tres meses de lo sucedido, la Justicia lo liberó sin siquiera pedirle una fianza. El efectivo además está investigado por pedirles sexo a las detenidas de una seccional a cambio de cigarrillos y celulares.
En el fallo firmado por el juez de instrucción Gerardo Casco, al que accedió Infobae, se ordena la liberación del sargento pero no se hace mención de un posible peligro de fuga a pesar de que el sargento estuvo prófugo de la Justicia luego del hecho durante varias horas. Tampoco habla de un posible entorpecimiento de la investigación, ni por su condición de policía ni por haberse negado a que le realicen el test de alcoholemia. Según los fundamentos del magistrado, la libertad se le concede porque se eliminó la figura de abandono de persona y sólo quedó la de homicidio culposo agravado que es excarcelable.
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Según la reconstrucción del hecho realizada por la Justicia, Ferreyra circulaba en su moto de baja cilindrada junto a un acompañante cerca de las 19 del viernes 15 de enero por la intersección de las calles Tierra del Fuego y Estanislao del Campo cuando impactó con la camioneta manejada por Merelle. El sargento ayudante de la policía misionera siguió como si nada pasara sin importarle demasiado la suerte de su víctima que murió en el acto a causa de un fuerte golpe en la cabeza producto de la caída.
Gracias al testimonio del acompañante que sobrevivió, y un relevamiento de distintas cámaras privadas, Merelle fue atrapado por sus propios compañeros policías cuando se refugiaba en la casa de un conocido. Más allá de que la Justicia da por hecho que estaba borracho por haberse negado a realizarse el test de alcoholemia, se detectaron en la investigación imágenes de cámaras de seguridad de una estación de servicio donde se ve al oficial tomando cerveza minutos antes del hecho.
“Es cierto que mi cliente se fugó del lugar pero en la pericia se comprobó que en realidad fue la moto la que impactó contra la camioneta. Además el hombre que manejaba, la víctima, tenía casi dos puntos de alcohol en sangre”, explican fuentes de la defensa del sargento acusado a este medio.
Fueron en total 75 días los que pasó detenido Merelle hasta que el juez le permitió la libertad. Pero no era la primera vez que el policía conocía los calabozos del lado de adentro. El año pasado estuvo en prisión poco más de tres meses acusado de cobro de coimas, extorsión y abuso sexual hasta que fue también liberado, pagando en esa ocasión 50 mil pesos de fianza.
En ese expediente, que sigue abierto, se lo investiga por supuestamente haber abusado de detenidas de la seccional segunda de Oberá a cambio de cigarrillos y de pasar celulares de manera clandestina a la zona de las celdas.
La denuncia fue radicada a principios del año pasado por una mujer acusada de haber asesinado a su marido pero luego fue acompañada por al menos otros siete testimonios de detenidas que también dijeron sufrir lo mismo. En ese momento la denunciante principal tuvo que ser trasladada a la Unidad Penal de mujeres para resguardar su seguridad.
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“Si queríamos un teléfono o fasos, nos decían que teníamos que hacerle sexo oral a él; si no, no llegaba nada. Pero no era el único que armaba esto, el resto de los policías también sabían. Lo hacía con las que le gustaban y varias veces. Era eso o te quedabas sin nada”, contó en ese momento la denunciante.
En la investigación, quedó plasmado en base a distintos testimonios un presunto modus operandi que tenía varias aristas: facilitar expedientes a cambio de dinero, ayudar en el contacto con sus clientes a distintos abogados que aportaran coimas y los favores sexuales.
En una inspección que se realizó en esa seccional, la única de la ciudad que alberga a mujeres, se encontró en el armario personal del sargento Merelle marihuana picada, por lo que se le inició otra causa por tenencia de estupefacientes en un juzgado federal. Adentro de ese armario también hallaron ropa interior femenina y preservativos, según informó el diario El Territorio de Misiones.
Hay otra acusada en la causa. Es una mujer policía investigada por formar parte del circuito de coimas y abusos sexuales contra las detenidas. Ella también fue identificada en los distintos testimonios que figuran en el expediente.
“La investigación avanza lenta por el tema de la pandemia, pero nosotros queremos que se agilice porque los testimonios que hay en contra de Merelle son falsos. Solicitamos que se le tome indagatoria a él y que se vuelva a llamar a todas las denunciantes para que ratifiquen sus dichos. Algunas de ellas ya ni siquiera están detenidas porque lo que se investiga sucedió en una comisaria donde las detenidas están de paso”, cuentan desde la defensa del acusado.
Con respecto a la causa del incidente vial, desde la familia de la víctima y sus abogados aseguran que van a apelar la decisión de la Justicia y muestran su indignación: “Es un corrupto que encima nos arruinó la vida, pero en este país es así. Peor hacés y mejor te va. Ahora andá a saber cuándo lo vuelven a detener, probablemente nunca más. La Justicia es lenta y encima mala. Nos preparamos para que todo quede en la nada”, afirman.